Este hábito repetido puede servir además de ayuda para abandonar el tabaco, controlar el apetito y la clase de alimentos ingeridos ya que cuando alguien practica ejercicio de manera regular valora más y conoce mejor el esfuerzo que supone estar en forma y quemar unas pocas calorías.
Estar en forma es relajante y hasta divertido, y caminar es especialmente bueno porque no es caro, es seguro, fácil y además se pueden alcanzar los mismos beneficios en la condición física que con la carrera, natación y bicicleta.
Es decir, con otros ejercicios podemos alcanzar mucha más fuerza, resistencia, potencia etc., pero una "buena forma física" se puede obtener básicamente con el ejercicio de caminar.
Si quisiéramos sacarle todo el partido posible a este ejercicio, deberíamos practicarlo 3 ó 4 días a la semana, por un periodo de entre 30 y 60 minutos y con una intensidad entre moderada y vigorosa, es decir, a velocidad superior a un ritmo de marcha convencional.
Caminar mejora la flexibilidad en las piernas, aumenta la fuerza y la resistencia a la fatiga, además mejora el flujo sanguíneo en ellas, tanto desde el punto de vista del aporte de riego para poder dar sangre al músculo y así realizar el esfuerzo físico que esto supone, como el mejorar el retorno venoso, evitando así los edemas en los pies y la aparición de varices.