Las 10 razones para caminar descalza
Seamos realistas: el zapato, por muy bonito que sea, sólo sirve para proteger y decorar. Si estamos en un lugar donde no hay posibilidad de dañarse el pie, lo más natural sería caminar sin zapatos para ejercitar los 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones, músculos y ligamentos que tienen estas extremidades.
“Yo recomendaría caminar, al día, entre 30 y 45 minutos descalzo, pero no vale cualquier superficie: lo ideal es la arena fina de la playa o el césped.
Las superficies demasiado duras, como el cemento, o los lugares públicos, como baños, gimnasios o piscinas, no son recomendables para ir sin zapatos”, aconseja Patricia Hernández Aroca, vocal de Formación del Colegio de Podólogos de Madrid. Para esta experta, “deben ir descalzas sólo las personas que tienen el pie totalmente sano.
Quienes padecen lesiones, deformidades o alteraciones mecánicas, del almohadillado del pie o periféricas, los diabéticos y los que presentan infecciones, heridas, úlceras o una piel muy sensible deberían abstenerse”, añade. Todos los demás pueden beneficiarse de una caminata sin zapatos; pero, eso sí, los expertos están de acuerdo en que caminar descalzo debe ser algo esporádico, que no debemos hacer a todas horas ni, mucho menos, por todos los sitios.