Pasear es una actividad sencilla de realizar en cualquier fecha del año. Esto convierte esta actividad en una opción prioritaria frente a otro tipo de actividades. Los paseos no solo producen numerosos beneficios en la salud física de las personas, sino también, en el plano anímico.
De hecho, pasear es un antídoto del estado de ánimo saludable incluso para prevenir la depresión o para mitigar sus efectos en caso de que se produzca un diagnóstico de estas características. Por tanto, pasear es una medicina natural para cuerpo y mente. ¿Cuáles son los beneficios de los paseos?
Un cambio de perspectiva
Algo tan básico como un cambio de posición en el espacio, puede llevarte a tener una mirada diferente. El simple gesto de salir de casa y cambiar de aires es un impulso para no quedarte atrapado en la nebulosa de las ideas mentales y apreciar la vida desde nuevos horizontes. Calles que incluso aún siendo cotidianas, pueden ofrecerte un matiz diferente dependiendo del día y del momento.
Un acto de socialización
Pasear es un acto social incluso cuando caminas en solitario. Te encuentras con otras personas en el camino, observas gente a tu alrededor, interactúas con el entorno. Y estos estímulos de socialización te nutren emocionalmente. Los paseos son tan importantes que ciudades y pueblos tienen zonas peatonales para priorizar el tránsito de las personas.
Mejoras el control de tu respiración
Cuando sales a dar un paseo, tienes un mejor control de tu respiración. Además, si paseas por zonas con baja contaminación ambiental, te nutres del aire puro del entorno. Esto hace que tus niveles de sensibilidad y relajación aumenten en tales circunstancias.
No necesitas una gran preparación ni planificación previa para dar un paseo. De hecho, puedes aprovechar los desplazamientos desde casa hasta el trabajo para caminar un rato. En los paseos recibes muchos estímulos del entorno: visuales, sensoriales y auditivos. Y estos estímulos activan tu cerebro. Pero además, a través de estos estímulos también puedes desconectar del contacto habitual con las nuevas tecnologías.
Gracias a los paseos diarios también mejora tu estado de ánimo porque la actividad física de caminar es un aliciente del descanso. Y el mejor antídoto para tener un ánimo estable es descansar correctamente. Por tanto, caminar también es una forma de gimnasia mental. Y dependiendo de tu propio estado de ánimo y de tu momento vital, un paseo puede producir un efecto u otro. Por ejemplo, en etapas en las que tienes una agenda social intensa, el paseo puede ser ese contexto de introspección en el que centrarte en ti. En una etapa de mayor soledad, el paseo puede darte el placer de la compañía del encuentro con otros. En definitiva, cada paseo es diferente aunque aparentemente lo percibas como rutinario.
Además, la esencia natural del cuerpo no es el reposo, sino la actividad. Es posible que pases muchas horas sentado o en una posición similar durante la jornada laboral. En ese caso, el paseo impregna al cuerpo de ese movimiento natural tan necesario.
Via psicoblog.com
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