Todo el mundo sabe que caminar puede ser enormemente beneficioso para la salud personal. Caminar es un ejercicio aeróbico maravilloso que casi cualquier persona puede hacer; que requiere muy poco equipo especial o habilidades especiales, y puede ser realizado por cualquier duración de tiempo deseado. Además de las ventajas generales que caminar puede aportar a tu nivel personal de salud, muchas personas con dolor de espalda pueden obtener algunos beneficios específicos al caminar que pueden mejorar su condición.
El círculo vicioso
Cuando las personas tienen dolor de espalda causada por condiciones tales como hernias de disco, nervios pinchados o espolones óseos, a menudo reducen la actividad física. Se trata de un impulso comprensible, pero a menudo, la inactividad puede empeorar el problema al mismo tiempo que lleva a más complicaciones.
Debido a que caminar es una actividad de bajo impacto (es decir que es una forma de ejercicio que crea una cantidad relativamente baja de tensión en las articulaciones), las personas que tienen dolor de cuello y dolor de espalda a menudo usan el caminar para mantenerse en forma sin arriesgarse a un mayor daño a las condiciones de su espalda.
Los beneficios específicos
Aparte de simplemente ayuda a mantener un estilo de vida activo y saludable, el caminar también proporciona beneficios específicos para las personas con dolor de espalda. Estos beneficios incluyen:
Fuerza del núcleo – Caminar requiere equilibrio, que a su vez requiere un núcleo fuerte. Un núcleo fuerte es importante para apoyar las vértebras, lo que lleva a una mejor salud de la espalda.
La densidad ósea – Caminar para hacer ejercicio promueve la salud de los huesos y puede ayudar a reducir el dolor causado por la osteoartritis.
Mejora la postura – Un tema que absolutamente contribuye al dolor de espalda es la mala postura. Un programa regular de caminata puede mejorar la postura, que puede conducir a la reducción del dolor de espalda.
Aumento de la circulación – Los tejidos blandos de la columna vertebral requieren una fuerte circulación para bombear toxinas y obtener los nutrientes que necesitan. Caminar aumenta la circulación, lo que ayuda a mantener la buena salud de la columna.
El inicio de un programa de caminatas
Al igual que con cualquier rutina de ejercicios, es mejor empezar poco a poco y gradualmente aumentar hasta un nivel más alto de actividad. Tu médico te puede recomendar que comiences con cinco minutos de caminata al día y, finalmente, trabajar hasta llegar a una rutina regular de 30 minutos de caminata tres a cuatro veces por semana.
Otras consideraciones
Es importante asegurarse de que los zapatos con los que caminas sean cómodos y proporcionen suficiente soporte, en particular a los arcos de los pies. Los zapatos equivocados en realidad pueden contribuir a aumentar el dolor de espalda; tú puedes elegir para tu marcha un buen par en una tienda especializada en zapatos deportivos para asegurarte.
Una buena postura al caminar también puede ayudar a maximizar los beneficios de tu programa de caminatas y reducir al mínimo el riesgo de lesiones. Asegúrate de mantener la cabeza erguida, los hombros rectos y relajados y los músculos abdominales comprimidos un poco para ayudar. Un entrenador puede darte consejos específicos para la corrección de tu postura.
Al igual que con cualquier rutina de ejercicios, consulta con tu médico antes de comenzar, y mantenlo informado de tu progreso. Reporta cualquier lesión inmediatamente y consulta de nuevo por las técnicas de descanso y la curación adecuada.
Caminar es una excelente manera de mantenerse activo y en movimiento con el mínimo riesgo de lesión. Sin embargo, si los tratamientos conservadores, como caminar o la terapia física no han mejorado tu dolor de cuello o espalda, consulta a un médico especialista para obtener más información acerca de los procedimientos ambulatorios avanzados que pueden ayudar a encontrar el alivio a tu dolor de espalda.
Fuente columnavertebral.net
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