Caminar rápido: 7 beneficios, 3 consejos de técnica y 1 rutina para empezar

lunes, 23 de enero de 2017 · Posted in

La marcha deportiva a alta velocidad se adapta a otro perfil de personas, con inquietudes deportivas pero con alguna contraindicación para correr.

Caminar rápido (marcha deportiva o sportive walking) ha venido para quedarse. Se ha convertido en una alternativa real para muchas personas que por diferentes motivos no podían apuntarse al fenómeno running. Y también derriba la última excusa para aquellos a los que no les motiva salir a correr. Esta versatilidad de perfiles a los que está dirigido hace que cada vez sean más las personas que se han lanzado a la marcha deportiva a alta velocidad.

Las circunstancias de cada uno son infinitas. Por eso hay muchas situaciones en las que caminar rápido está altamente recomendado y será la fuente de salud más directa que te hayas imaginado:

    Ante problemas articulares y sobrepeso
    Asmáticos y diabéticos
    Cardiopatías leves
    Sedentarios crónicos

E incluso es una opción para aquellas personas que sí que entrenen carrera de fondo y quieran hacer alguna sesión de descanso activo o recuperación tras esfuerzos grandes.

Y es que caminar rápido no tiene nada que envidiar al running: también aumenta el gasto calórico y produce las mismas mejoras cardiovasculares y musculares.

7 motivos para iniciarte a caminar rápido (beneficios)

Hay quien piensa que caminar no tiene nada que ver con correr, que nunca podrá igualar los beneficios del running ni acercarse a la estimulación cardiovascular de la carrera continua…pero nada más lejos de la realidad. Más de uno se sorprenderá cuando se tome el pulso y vea que puede alcanzar las 140 pulsaciones por minuto sin haber corrido ni un solo metro. Con la marcha deportiva no solo conseguiremos los mismos efectos que si saliéramos a correr sino que reduciremos algunos perjuicios bastante importantes, como el tema de las lesiones. Así que no olvides estos siete motivos para empezar a practicarlo:

1- Pone a trabajar el sistema vascular periférico, con lo que disminuye la tensión arterial y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

2- Ayuda a reducir el nivel de colesterol malo en sangre y ayuda a perder peso y a quemar grasas como vimos con detalle en este artículo.

3- Mejora la fuerza en la musculatura de piernas y abdomen.

4- Hace trabajar al sistema coronario y la musculatura cardiaca, con lo que disminuimos la frecuencia cardiaca en reposo.

5- Ayuda a controlar mejor la diabetes y hace necesaria menos dosis de insulina.

6- Es menos agresivo con las articulaciones al no tener impacto.

7- Hace que nuestro cerebro segregue diferentes tipos de endorfinas (como la serotonina y la dopamina), que mejoran el control del sueño y reducen los niveles de estrés.

3 consejos de técnica para comenzar con la marcha deportiva

De la misma manera que pensamos que todo el mundo sabe correr (y no es así), para las sesiones de marcha deportiva debemos tener en cuenta tres consejos sobre técnica para empezar. El resto viene rodado. Solo es cuestión de subir el ritmo, acelerar y dejarse llevar.

1) Mantenimiento de la postura: no hay que forzar la cadera hacia atrás ni hacia adelante, debemos mantenerla en posición neutra (ver figura). Si además tenemos alguna noción de Pilates y conseguimos contraer los abdominales profundos a la vez que respiramos, trabajaremos la zona del CORE.
caminar rápido: posición correcta de la cadera.







2) No forzar el braceo: la posición de los brazos debe ser con el codo doblado en 90º, pero sin hacer fuerza ni elevar los hombros, puesto que sobrecargaremos la musculatura de la zona de la clavícula y del cuello innecesariamente.

3) Realizar un apoyo completo de la planta, pero sin forzar el primer contacto con el talón elevando la punta del pie. Se nos cargará la musculatura de la zona de la tibia y el peroné.

Cómo controlar la velocidad al caminar rápido

Mientras no tengamos algo de experiencia nos olvidaremos de los pulsómetros, las fórmulas de Frecuencia Cardiaca Máxima y los porcentajes. Para familiarizarnos con el entrenamiento vamos a establecer un sistema gradual de ritmos sencillo e intuitivo. Gracias a él podremos regular la intensidad de los entrenamientos y hacer que la rutina de trabajo no sea siempre la misma. Usemos la imaginación para pensar en cuatro velocidades de marcha:

– Ritmo 1: sería la velocidad a la que cada uno camina por la calle (no de turismo, mirando monumentos).

– Ritmo 4: la velocidad máxima a la que podemos caminar (ese instante justo antes de considerarlo carrera).

Con esas dos referencias de mínimo y máximo, ya podemos fijar los ritmos intermedios, sobre los que trabajaremos sobre todo al principio:

– Ritmo 2: una marcha más del R1, caminata alegre y como si llegara justo de tiempo a un sitio.

– Ritmo 3: subo una marcha más sobre el R2, cerca de mi velocidad máxima caminando.

Debemos pensar que estos ritmos de marcha son totalmente individuales y cada uno tiene que practicarlos por su cuenta para empezar a conocerse (y si te apetece, por curiosidad, también puedes medirte el pulso durante estas prácticas iniciales). Una vez controlados e interiorizados, ya solo queda ponerse con una rutina inicial.

Por dónde empiezo mi rutina de andar deprisa

Vamos a imaginarnos el primer mes de práctica y plantearnos un objetivo realista: salir a entrenar tres días a la semana.

SEMANA 1: Siempre empezaremos y terminaremos la sesión con caminata a Ritmo 1.

    Día 1: 5’ R1 / 15’ R2 / 5’ R1 / 10’ R2 / 5’ R1

    Día 2: 5’ R1 / 20’ R2 / 5’ R1 / 10’ R2 / 5’ R1

    Día 3: 5’ R1 / 10’ R2 / 5’ R3 / 5’ R1 / 10’ R2 / 10’ R1

SEMANA 2: Seguiremos comenzando las sesiones con Ritmo 1, pero ya las terminaremos con Ritmo 2.

    Día 1: 5’ R1 / 20’ R2 / 5’ R3 / 10’ R2 / 5’ R1

    Día 2: 5’ R1 / 20’ R2 / 5’ R3 / 5’ R1 / 5’ R3 / 10’ R2

    Día 3: 5’ R1 / 20’ R2 / 5’ R3 / 5’ R1 / 5’ R4 / 10’ R2

SEMANA 3: Dejamos de usar el Ritmo 1. Todo el trabajo será a partir del 2.

    Día 1: 5’ R2 / 10’ R3 / 5’ R4 / 10’ R2 / 10’ R3 / 10’ R2

    Día 2: 5’ R2 / 5’ R3 / 5’ R4 / 5’ R2 / 5’ R3 / 5’ R4/ 5’ R3 / 5’ R2

    Día 3: 10’ R2 /15’ R3 / 5’ R4 / 5’ R2 / 5’ R4 / 5’ R3 / 10’ R2

SEMANA 4: Aumentamos el volumen de Ritmo 3 hasta que sea más de la mitad de la sesión.

    Día 1: 10’ R2 / 15’ R3 / 5’ R4 / 5’ R2 / 5’ R4 / 5’ R3 / 10’ R2

    Día 2: 15’ R2 / 15’ R3 / 5’ R4 / 10’ R3 / 5’ R4 / 5’ R3 / 5’ R2

    Día 3: 15’ R2 / 15’ R3 / 5’ R4 / 20’ R3 / 5’ R2

Y por último, no olvides que el calzado es un aspecto tan importante como si salieras a correr. No es imprescindible un presupuesto desorbitado, pero sí necesitarás unas zapatillas para caminar con las que te sientas cómodo. ¿Ya estás preparado? Cuéntanoslo en los comentarios.

Via sport.es

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