Ya sea si vas a dar un paseo casual o vas a caminar vigorosamente para ejercitarte, observa los mecanismos apropiados para caminar para evitar lesiones y conservar la energía. La técnica incorrecta puede causar estrés en tu espalda baja y articulaciones, como los tobillos, rodillas y cadera.
Por ejemplo, si tus dedos de los pies se apuntan mucho hacia afuera cuando caminas, puede desencadenar condiciones crónicas en la espalda y las piernas. Al dominar ésta técnica puedes maximizar los beneficios de caminar.
Postura
Cuando caminas, debes mantener tu cabeza en alto y pararte derecho. Mantén tus espalda erecta, hombros relajados y hacia abajo, y el pecho levantado y hacia afuera. Tu barbilla desde permanecer paralela al piso con tus orejas alineadas con tus hombros. Dirige tu mirada hacia el frente, verificando el terreno frente a ti. Al levantar tu pecho, mueves tu caja torácica alejándola de tus pulmones y dándoles más espacio para que funcionen. Al contraer ligeramente los abdominales y meter los glúteos, se estabilizan las caderas y se reduce el estrés en tu columna lumbar. Si inclinas tu cuello y miras hacia abajo, tenderás a inclinarte hacia delante. Esta postura incorrecta tensiona tu espalda y cuello.
Piernas
Tus brazos y piernas se mueven de manera contralateral, lo que significa que el brazo opuesto y la pierna se mueven hacia delante al mismo tiempo. Cuando das un paso, el borde exterior de tu talón debe ser el primer punto de contacto con el suelo. Tu rodilla debe doblarse ligeramente. Estira tu paso desde el talón a los dedos del pie y después impúlsate con tus dedos del pie. Trae tu pierna opuesta hacia delante para realizar el siguiente paso con el talón primero. Evita dar pisotones o golpes con tu pie en el suelo. Tu pie actúa como un absorbente del impacto, amortiguando el peso de tu cuerpo. También puedes hacer palancas, que te permiten transferir el peso de tu talón a los dedos del pie e impulsar tu cuerpo hacia delante.
Brazos
Mientras que los caminadores experimentados tienden a mantener sus codos doblados a un ángulo de 90 grados, algunas personas prefieren tener sus brazos extendidos de manera natural a sus lados. Mientras tus brazos estén relajados y se balanceen para delante y para atrás, puedes mantener tu balance mientras das pasos lardos. Si tus brazos se balancean como un péndulo, puede causar problemas en tus hombros para rotarlos, impactarán de manera negativa tu manera de caminar. Forma con tus manos unos puños relajados. Si estás caminando para ejercitarte, balanceos rigurosos de brazos pueden ayudar a incrementar la velocidad de los pasos largos además del ritmo cardiaco.
Respiración
Existen 2 tipos de respiración: por el pecho y abdominal. Respirar a través de tu pecho involucra la contracción y expansión de los músculos entre tus costillas, los músculos intercostales. Este tipo de respiración es rápido y poco profundo. Cuando te encuentras ansioso o asustado tiendes a respirar por tu pecho. La respiración abdominal se basa en la contracción y relajación de tu diafragma. Ya que caminar es un ejercicio aeróbico, debes usar la respiración abdominal. Involucra un ciclo de respiración más lento y profundo y propicia la relajación mientras caminas.
Via muyfitness.com
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