Lo que tu forma de caminar dice de ti

lunes, 17 de octubre de 2016 · Posted in

Un nuevo estudio científico demuestra que las emociones cambian los andares

Párate por un segundo y piensa la forma en que te marchas de un escenario en el que acabas de tener una agitada discusión. Es evidente que el cuerpo no abandonará la sala de una forma plácida y armónica, sino que serán tus emociones las que pasarán a definir su movimiento.

“Tenemos un triple sistema de respuesta que está conectado entre sí y que se influyen mutuamente: las emociones o reacciones psicológicas, las relaciones sociales o con el entorno y nuestras respuestas físicas”, indica Guillermo Fouce, psicólogo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid.

El experto aclara cómo el pensamiento, el sentimiento y la conducta están conectados de manera que lo que ocurre en uno de ellos repercute en los otros.

En el laboratorio

Un grupo de científicos de la Universidad de Plymouth (Reino Unido) se decidió a demostrar la correlación que existe entre el estado de ánimo y la motricidad. En concreto descubrieron que un indicador de la agresividad son los movimientos exagerados de la parte superior e inferior del cuerpo de una persona.

“Cuando caminamos, el cuerpo rota de forma natural ligeramente, cuando una persona da un paso con el pie izquierdo, se adelanta esta parte de la pelvis y también el hombro derecho para mantener el balance”, explica Liam Satchell, el investigador que ha dirigido el estudio. “En una forma de caminar agresiva la rotación es exagerada”, añade.

Para comprobar esta tesis seleccionaron a 29 personas que tuvieron que completar un cuestionario para revelar su nivel de agresividad. Un test estándar de personalidad en el que se evaluaron características como la apertura a nuevas experiencias, responsabilidad, extroversión, amabilidad y la inestabilidad emocional.

“Las personas suelen ser conscientes de que hay una relación entre la forma de caminar y la psicología. Nuestra investigación proporciona evidencia empírica para confirmar que la personalidad se manifiesta en ella”, aclara Satchell.

¿Anticiparse al crimen?

La investigación de Satchell tiene un objetivo muy ambicioso: prevenir la criminalidad. Parece que la relación entre los movimientos de un individuo y sus intenciones podría ser usada como una herramienta preventiva. Pero como comenta Fouce, esta conexión depende también de otros factores.

“Los movimientos pueden dar pistas, pero para interpretarlas bien tenemos que contextualizar la información e integrarla de manera adecuada”, matiza el psicólogo y lo compara con identificar a alguien cuando miente. “Se trata de integrar y correlacionar varias informaciones no verbales y no solo una aislada”.

Por otra parte, ¿cuál sería el nivel mínimo que hiciese saltar la alarma sobre un nivel preocupante de agresividad?. Para Fouce sería esencial establecer una unidad de medida: “Cómo nos movemos en estado de no emoción para compararlo con los cambios que se producen por un determinada actitud”.

La visión terapéutica

Son muchos los casos en que no identificamos nuestro estado emocional hasta que no nos paramos a pensar sobre ello y el cuerpo puede dar pistas sobre cómo nos encontramos.

“Cuando tenemos miedo, agresividad o estrés se activan nuestros tres sistemas de respuesta (mente, cuerpo y sentimientos) aunque solo solemos trabajar sobre uno de los tres sistemas”, cuenta el experto.

Darnos cuenta de que estamos caminando demasiado rápido puede ampliar nuestra consciencia y hacernos ver que el estrés o la agresividad se han disparado. Identificarlos puede ayudar a canalizar esas sensaciones e intentar reconducirlas, empezando, por ejemplo, con la relajación del ritmo.

Fuente lavanguardia.com

Leave a Reply

Con la tecnología de Blogger.