Caminar descansa nuestra mente y fortalece nuestro cuerpo. Pocos ejercicios son tan liberadores como dejarnos llevar por el ritmo acompasado de nuestros pies mientras el corazón bombea y la mirada se relaja. Tanto es así, que según nos indica un estudio, salir a andar de forma regular podría mejorar la calidad de vida de los pacientes con fibromialgia.
La “enfermedad invisible” por excelencia afecta a casi el 4% de la población mundial, siendo casi el 90% mujeres. Nadie elige padecer fibromialgia y nadie más que estos pacientes saben lo que ese dolor que no se ve, las punzadas en las articulaciones, la pesadez de unos músculos que no responden y la sensación de ser cautivo del propio cuerpo.
A pesar de que los neurólogos y el resto de especialistas recomienden a las personas aquejadas por fibromialgia mantenerse activas siempre que les sea posible, saben muy bien que de entre todos ellos solo el 31% logra hacer ejercicio de forma regular. No es fácil encontrar las fuerzas, no es sencillo aunar los ánimos cuando el cuerpo sencillamente, no responde.
Ahora bien, desde el centro de psicología clínica de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, se ha llevado a cabo un interesante proyecto con resultados muy positivos. Algo tan sencillo como salir a caminar durante 20 o 30 minutos cada día, podría beneficiar de forma notable la calidad de vida de los pacientes con fibromialgia.
La fibromialgia y la hipersensibilidad sensorial
A pesar de que a día de hoy aún no existe unanimidad a la hora de encontrar un origen y una explicación sobre la fibromialgia, estudios como el publicado en la revista “Arthritis & Rheumatology” hablan de lo que se conoce como una hipersensibilidad en la estimulación sensorial.
La fibromialgia no nos da días festivos ni ofrece treguas a voluntad. El dolor se convierte en un enemigo terriblemente familiar, pero eso sí, al que no le permitimos tomar pleno control sobre nuestras vidas.
Un roce, un estímulo visual intenso, un olor, una mala posición, una temporada de estrés y ansiedad… Todo ello ocasiona un dolor intenso, una sobrecarga y una sensibilidad fuera de lo normal que cursa con inflamaciones articulares y musculares, con un cansancio acusado e incluso con migrañas.
Estos aspectos pueden verse muchas veces mediante resonancias magnéticas, ahí donde las regiones de integración sensorial del cerebro sufren una sobreestimulación. Son como descargas eléctricas, como latigazos que nadie más que el paciente percibe y que cambian por completo su calidad de vida.
De un día para otro, la persona queda apresada en su propio cuerpo mientras la familia y el resto de la sociedad los atiende con escepticismo. No es fácil vivir con fibromialgia, no es sencillo mantener un ritmo determinado de actividad y, por ello, a pesar de que lo recomienden los médicos, no todas las personas pueden hacer ejercicio físico de forma regular.
Caminar para aliviar el dolor
El estudio ha sido llevado a cabo por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (España) con mil pacientes que sufren fibromialgia. Los resultados obtenidos han sido sencillamente esperanzadores: caminar reduce la intensidad del dolor y mejora la calidad de vida de estas personas.
Los científicos partieron de la idea que las personas que sufren de dolor crónico, no pueden reunir siempre las fuerzas y los ánimos para salir a caminar cada día.
Debían aportar una estrategias nueva, algo diferente, algo que incentivara al paciente a alzarse de la cama, calzarse y poner en marcha su cuerpo cuando éste, le indicara aquello de “hoy no puedes moverte”.
No podemos olvidar tampoco que la fibromialgia es un problema de salud pública que demanda recursos multidisciplinares, tratamientos que combinen el aspecto farmacológico con aquellas terapias que cada paciente considere que para su caso son beneficiosas.
La fatiga, el dolor y el caso particular de cada paciente
El trabajo llevado a cabo por los psicólogos de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid plantean la importancia de trabajar con la fatiga y no solo con dolor. Para ello, crearon un interesante programa para intervenir en la actitud y la motivación de cada paciente, con el fin incentivarlo a caminar cada día durante 3o minutos.
Los resultados obtenidos han sido muy positivos. Las personas disfrutan ahora de un alivio en lo que al dolor se refiere, de un ánimo más positivo y de una mejor salud general gracias a este ejercicio físico moderado, que tanto cuida de nuestro bienestar cardíaco, muscular, óseo y emocional.
Asimismo, es importante señalar aquí que es necesario conocer nuestro estado físico antes de iniciar por nuestra cuenta el sano ejercicio de caminar cada día. Algunos pacientes con fibromialgia pueden tener problemas de coordinación, de marcha o incluso de equilibrio.
Atiende tu estado físico y consulta a adecuados especialistas si sufres una enfermedad con dolor crónico. Lleva un calzado adecuado, ropa cómoda, una botella de agua y buena compañía por si en algún momento, te sintieras indispuesto/a.
No dudes en salir a caminar cada día. Disfruta de cada paso, deleita tu cuerpo con el movimiento y relaja tu mente con cada paso. Merece la pena.
Via lamenteesmaravillosa.com
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