Esta publicación es la cuarta de una serie donde trato de explicar los beneficios de una actividad tan sencilla y económica como es dar un paseo. En esta ocasión quisiera hablar de una modalidad de paseo que a mí me gusta mucho: El paseo de trabajo.
Se trata de buscar un recorrido cercano a tu lugar de trabajo o de camino desde casa al trabajo, por donde se pueda caminar de forma segura. Es ideal un parque, una urbanización o calles tranquilas.
Dedicaremos unos 40 minutos a esta actividad, para recorrer unos 4 km. Es bueno hacerlo con calzado adecuado, por ello tendremos unos zapatos en el lugar de trabajo para poder cambiarnos cuando lleguemos.
Nos pondremos a caminar a paso firme, a unos 6 km/h, no demasiado deprisa. De esta manera no sudaremos, pero entraremos en calor si hace frío.
La modalidad que yo escojo es hacerlo a primera hora, antes de entrar a trabajar, pero puedes hacerlo también a la hora de comer o al salir de trabajar, cada una tiene sus ventajas. En mi experiencia prefiero hacerlo antes, cuando estoy con energía y regalarme ese primer momento para mí, dado que al salir del trabajo tengo cierta pereza y muchas ganas de llegar a casa. A primera hora tienes los siguientes beneficios: Te activa, llegas a trabajar lleno de energía y no bostezando. Puedes ir organizando tu día durante el paseo, de forma que al llegar a trabajar no pierdes tiempo en planificarte. Puedes ir pensando cómo abordar algún asunto del día, se te ocurren ideas interesantes.
También uso el paseo durante el trabajo, de la siguiente forma: Si, durante el día, ocurre algún episodio estresante, veo que me estoy enfadando por algo, no encuentro solución a un problema. En lugar de dejar que eso me desborde, salgo a dar un breve paseo de 10-15 minutos por un recorrido cercano ya previsto. Así consigo apaciguar mi enfado o aclarar mi mente para encontrar soluciones a los problemas.
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