Repetir postre o ese trocito de turrón a última hora no fueron buena idea. En realidad sí, sólo que ahora que ya han pasado las fiestas y enero luce en todo su esplendor, llegan los espejos, las básculas y los lamentos. Un clásico de estas fechas que quien más quien menos aprovecha para vender su cuento detox, su dieta milagrosa o alguna que otra tontería con mucha promesa y pocos resultados.
Lo ideal habría sido comer con moderación, pero como ya es demasiado tarde para eso, quienes se hayan propuesto mejorar la línea con el año nuevo ya saben lo que toca: comer más sano y hacer más deporte. Así de duro y sencillo. ¿Deporte? Sí, eso que se hace en ese gimnasio al que te has apuntado, aunque posiblemente el entusiasmo te dure una semana y luego el carnet de socio se quede abandonado en algún cajón.
¿Y si en lugar de intentar quemar las calorías navideñas a base de abdominales que no haremos, pesas que nos sientan fatal o running de ese que nos aburre a los 10 minutos, intentamos caminar más? Como Mariano y Ángela, exacto. El plan no suena mal del todo, aunque saber cuántos pasos tendríamos que andar para compensar ese polvorón que nos hemos zampado resulta poco alentador.
En realidad no existe un cálculo exacto para hacer una equivalencia entre pasos y calorías quemadas, nos cuentan desde Fit Bit, una de las firmas más populares dentro del segmento de las llamadas ‘pulseras de actividad’ que cuantifican desde la distancia recorrida hasta las horas de sueño. Factores como el peso, la constitución y demás -explican- influyen directamente en las calorías que quema cada persona al caminar. También el ritmo del paso, así como el total, porque algunos expertos aseguran que con menos de 10.000 pasos no podemos hablar de actividad física o quema de calorías.
Pese a ello, no nos resistimos a realizar este divertido ejercicio matemático que, eso sí, tiene un valor más anecdótico que otra cosa. Pero por si a alguien le motiva…
Si hacemos caso a Thrilist, que hizo un ejercicio similar con algunos platos de comida rápida, quemamos unas 89 calorías (kcal) por 2.000 pasos, lo que da una cifra de 0,0445 calorías por cada paso.
¿Y cuántas calorías tenemos que quemar? La marca de avena y muesli Kölln realizaba recientemente una radiografía nutricional de estas fechas, poniendo sobre la mesa las cifras que buscábamos: “Una sola comida navideña puede alcanzar las 3.000 calorías, el 150% de lo que en realidad necesitamos para todo el día”.
Vamos a ser un poco optimistas y calcular 2.500 calorías para los festines más fuertes y 2.000 para los del día después, a los que se suele llegar sin tanta hambre. Eso nos daría unas 7.500 calorías para Nochebuena, Fin de Año y Reyes, y otras 4.000 para Navidad y Año Nuevo. 11.500 calorías que vamos a redondear a 12.000, gentileza del alcohol de más que igual ha caído la última noche del año después de la cena. Cifras, insistimos, muy aproximadas, pero tirando a la baja.
Calculadora en mano, esto se traduce en casi 270.000 pasos para compensar esa cifra de calorías que, como hemos visto, tampoco es ninguna exageración. ¿Eso es mucho? Pues una caminata de unos 200 kilómetros, nada menos. La buena noticia es que tampoco hace falta hacerlo todo el mismo día.
Desglosado por platos, también salen unos cuantos números curiosos. Un polvorón tiene unas 200 calorías, lo que según nuestra regla de tres equivale a unos 4.500 pasos. A quienes les parezca mucho, seguramente nos les hará ninguna gracia saber que 100 gramos de turrón se van por encima de las 500 calorías -eso son casi 10.000 pasos- y un trozo del roscón de reyes que comimos ayer son más de 350 calorías, unos 7.800 pasos según nuestra malvada calculadora.
Cansa sólo de pensarlo, ¿verdad? No pasa nada, porque en realidad esa idea de “compensar los excesos” sería un error. “Los cambios nunca deben ser puntuales, ni efectistas, ni incluir la palabra detox, ya que se trata de soluciones que, a la larga, solo terminan por cronificar y agravar los mismos errores iniciales, alejándonos de la verdadera solución”, apunta Juan Revenga, nutricionista.
Algo que pasa por un 2016 con una alimentación más variada y sana. Y también con más actividad física, incluidas caminatas. Aunque no sean de 200 kilómetros, claro.
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