Los tendones son tejidos que conectan los músculos con los hueso, cuando nos referimos a la tendinitis es la inflamación, hinchazón e irritación de estos tejidos producidos generalmente, por la sobrecarga o por el desgaste y la pérdida de elasticidad que trae la edad.
En los últimos años esta afección se ha incrementado por la práctica de actividades deportivas y la necesidad de llevar una vida saludable. La tendinitis puede afectar áreas como el codo, la muñeca, el hombro y el talón y es una enfermedad crónica, que tiende a reaparecer después de un proceso de curación.
Te explicamos los tipos de tendinitis, sus síntomas y tratamiento.
Tipos de tendinitis
Los tipos de tendinitis están relacionados con el área del cuerpo que afectan y son las siguientes:
Tendinitis del codo: está asociada al sobreuso de esta articulación, más que al desgaste por envejecimiento. Es común en las personas que practican golf, tenis o escalan, pero no es necesario ser deportista para sufrir de esta afección, hacer trabajos de jardinería o cargar maletines y portafolios también pueden desencadenar una tendinitis.
Tendinitis del talón: puede existir un riesgo de ruptura del tendón y el dolor es más intenso al colocarse de puntillas o caminar. En el caso de los jóvenes es más común si corres o practicas baloncesto, para las personas de edad avanzada es un facto de riesgo si padecen alguna enfermedad crónica como diabetes o la artritis reumatoidea.
Tendinitis de la muñeca: los escaladores pueden desarrollar esta dolencia sobre todo en el área de los dedos produciendo un dolor intenso al intentar abrir la mano. Igualmente, los esfuerzos en esta área producto de las tareas cotidianas, pueden sobrecargar las muñecas y las manos, actividades como mecanografiar, el uso del ratón en el ordenador o coger objetos pueden causar tendinitis. El dolor que produce, aumenta con el paso del tiempo, suele ser más intenso por la noche, además se puede llegar a perder la fuerza de esta articulación.
Tendinitis del hombro: es el tipo de tendinitis más común sobre todo en personas mayores de 40 años y es producida por la degeneración de los tejidos. También puede producirse en personas que practican béisbol, natación o tenis y generalmente los signos de este problema no son visibles en una radiografía. Incluso hay quienes pueden desarrollar tendinitis por una calcificación, pero no suele presentar dolor.
Síntomas de la tendinitis
El síntoma constante en cualquiera de los tipos de tendinitis es el dolor, en mayor o menor intensidad, que puede empeorar durante la noche o cuando se realiza un movimiento donde se encuentra el tendón afectado, aunque puede irradiarse hacia otras zonas. También puede producir sensibilidad y hasta pérdida de la fuerza en esa articulación.
Otro síntoma es que la zona afectada puede sentirse hinchada, caliente y enrojecida. El médico realizará el diagnóstico de la tendinitis a través de una prueba física y la comprobación de los síntomas; las radiografías sólo servirán para descartar otras posibles dolencias.
Tratamiento para la tendinitis
Lo más importante en el tratamiento de la tendinitis es lograr aliviar el dolor y bajar la inflamación del tendón. Generalmente, tu médico puede recetarte algún antiinflamatorio no esteroideo como el ibuprofeno, diclofenaco o la aspirina, ya sea por vía oral o de uso tópico para frotar el área afectada. Aplicar frío y calor también es una opción para aliviar el dolor. Descansar la articulación que ha sufrido tendinitis es fundamental, puede ser con una férula o un aparato ortopédico que mantenga el área inmovilizada.
En caso de que el dolor no desaparezca con estos tratamiento otra opción será las inyecciones de esteroides. Luego de tener el dolor controlado es adecuado hacer fisioterapia, no sólo para restablecer la función del tendón sino para mejorar su cicatrización y prevenir futuras lesiones. Son raros los casos en los que es necesaria una cirugía para eliminar el tejido inflamado que se forma alrededor del tendón.
Tratamiento para la tendinitis
Prevención de la tendinitis
La tendinitis puede convertirse en una dolencia crónica si no es diagnosticada y tratada a tiempo, la buena noticia es que es posible prevenirla por eso te damos algunas medidas preventivas para evitar la tendinitis: Realiza ejercicios para mantener tus músculos flexibles, pero sin hacer repeticiones en exceso. Evita sobrecargar tus brazos y piernas.
Alterna los movimientos permitiendo la recuperación entre cada serie.
Si sientes alguna molestia en una de estas articulaciones tu cuerpo te está indicando que debes bajar el ritmo de entrenamiento.
Mantente hidratado mientras hagas ejercicio, esto ayudará a tu circulación.
Via onsalus.com
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