Una buena alimentación y hacer deporte de forma regular son dos de nuestros grandes aliados para tener una vida sana, pero no siempre lo conseguimos. A veces, por nuestro intenso ritmo de vida, somos incapaces de asumir ciertos hábitos saludables, sin darnos cuenta del gran riesgo que ello conlleva para nuestra salud.
Basta con cambiar unas pautas en nuestros hábitos y hacer ejercicio de forma suave, constante y regular. Y no hace falta hacerse fan del "running", una práctica deportiva muy de moda hoy día, el simple hecho de caminar puede llegar a considerarse una práctica deportiva con grandes beneficios. Son muchos los estudios que demuestran los grandes beneficios de "salir a andar", especialmente para las personas que hacen poco o ningún ejercicio.
Caminar un mínimo de dos veces a la semana, a buen ritmo, puede convertirse en fuente de salud, ya que puede suponer quemar en torno a 1.000 calorías a la semana. Si el objetivo es mejorar tu actividad física, camina durante treinta minutos seguidos, o en varios momentos del día, dependiendo de nuestro ritmo de vida. Si lo que se desea es perder peso sí que tendrás que hacer un mayor esfuerzo, ser constante y caminar entre 40 y 45 minutos, ya que la grasa depositada en nuestro cuerpo se empieza a quemar a partir de los 20-25 minutos de actividad.
Pero la actividad física y la reducción del peso no son los únicos grandes beneficios que nuestro cuerpo obtiene cuando caminamos:
- La práctica de cualquier ejercicio físico, especialmente caminar, puede ayudarnos a reducir la presión sanguínea, a reducir las probabilidades de padecer enfermedades comunes y a prevenir problemas cardíacos y la osteoporosis.
- Reduce el estrés y ayuda a mejorar tu capacidad de concentración.
- Con el ejercicio físico liberamos endorfinas que nos hacen sentirnos mejor.
- Efectos beneficiosos para conciliar el sueño.
- Mejora nuestra musculatura, haciendo más fuertes nuestros músculos y articulaciones.