Al llegar a la vejez, las personas van a presentar disfunciones en cu sistema motor que afectarán su capacidad para trasladarse de un lugar a otro.
Esta disminución de la funcionalidad de su caminar, les puede restar independencia y hacerlos susceptibles a caídas, por ende también a fracturas, luxaciones y otras lesiones que además de dolor, causarán incapacidad y un largo periodo de recuperación.
Los trastornos de la marcha pueden aparecer conforme la persona envejece, no hay un momento determinado ya que estos trastornos dependen de factores como el estilo y la calidad de vida del individuo. Y a pesar de que en muchos casos son inevitables, los trastornos de la marcha también se pueden prevenir y por supuesto, darles un buen tratamiento de rehabilitación fisioterapéutica en caso de que sucedan y minimizar sus consecuencias.
Cambios en el patrón de la marcha relacionados con la edad
Disminución de la velocidad de la marcha.
Asimetría (pérdida de la sincronía del movimiento del cuerpo durante la marcha).
Velocidad: Se mantiene estable aproximadamente hasta los 65-70 años a partir de esta edad hay una disminución de la velocidad del 15% por década, esto se debe a que los ancianos dan pasos más cortos, sacrificando el largo del paso por la estabilidad.
Cadencia: Es el ritmo al caminar relacionado con el largo de las piernas. No cambia con la edad necesariamente, pero existen otros factores asociados con la edad que pueden alterarla (como la debilidad muscular, artritis...).
Doble apoyo: Cuando los 2 pies están sobre el suelo en una persona joven abarca el 18% del patrón de marcha mientras en una mayor abarca el 26%. Durante la fase de doble apoyo el centro de gravedad se encuentra “entre los pies” por lo que favorece la estabilidad, el tiempo que se dura en la fase de apoyo ayuda a predecir la velocidad de la marcha y el largo de los pasos.
Postura: Posición del cuerpo al caminar. Cambia muy poco con la edad, sin embargo hay enfermedades asociadas que pueden alterarla como la osteoporosis, cifosis, lordosis. Cabe destacar que los adultos mayores realizan la marcha con una desviación de 5 grados en rotación externa de cadera para aumentar la estabilidad lateral.
Movimiento articular: cambia con la edad, la flexión plantar es reducida al igual que la flexión de rodilla, cadera. Los estudios atribuyen esto a la debilidad muscular y problemas de osteoartrosis.
Largo del paso: Es menor en el adulto mayor; las razones van desde debilidad muscular, problemas de equilibrio, inseguridad, etc.
Trastornos de la Marcha
El movimiento del cuerpo usualmente es simétrico. El largo del paso, cadencia, movimiento del tronco, tobillo, rodilla, cadera y pelvis son iguales para ambos lados del cuerpo.
Al haber alteración en esta simetría se presentan los trastornos de la marcha:
Síntomas de pseudoclaudicación: Dolor, debilidad, parestesias durante la marcha que se alivian al sentarse, pueden ser causados por una estenosis espinal, o neuropatía diabética.
Dificultades en el inicio de la marcha: Puede representar evidencia de la enfermedad de parkinson o de una enfermedad subcortical frontal, en el caso del parkinson la bradiquinesia y la rigidez aumentan con la edad una vez iniciada la marcha los pasos son continuos con una pequeña variante en el tiempo del paso.
Caída del pie (footdrop): Secundario a la debilidad del músculo tibial anterior o a la flexión reducida de rodilla.
Inestabilidad de tronco: Puede ser causada por alteraciones cerebelosas, subcorticales y de los ganglios basales. En la marcha hemiparética el tronco es inclinado hacia el lado más fuerte para así poder levantar la pelvis contralateral permitiendo a la extremidad con espasticidad levantarse.
Desviaciones de recorrido: Son indicadores fuertes de los déficits de control motor. La base amplia de sustentación por alteraciones cerebelosas y cambios en el largo de los pasos, sugiere alteraciones frontales o subcorticales.
Marcha del anciano o "marcha sentado": Se caracteriza por la postura, esta es proyección anterior cefálica (de la cabeza), antepulsión de hombros, cifosis dorsal, antepulsión de pelvis y genu flexum, todo esto consecuencia del sedentarismo asociado a la vejez.
Diagnóstico
Se realiza mediante la observación y posterior evaluación del estado funcional del paciente para determinar por que el patrón de marcha es anormal. Una medición más objetiva la obtenemos mediante:
Test de Tinetti: Test de Evaluación de la marcha.
Get up and go: Evalua la marcha también al pedirle al paciente de pase de sedente a bipedo y camine.
EMM: Examen manual muscular. Valora la fuerza de cada músculo del cuerpo. En este caso se realiza solo de los músculos relacionados en el caminar.
Goniometría: Examen para la valoración articular. Importante determinar los rangos de movimiento en talón, rodilla y cadera y sacar de si hay algún rango anormal que este ocasionando el trastorno.
Prevención
Estudios de cohorte han demostrado que mantener niveles aceptables de actividad física ayuda a mejorar el patrón de marcha incluso en pacientes con patología específicas.
Un programa regular de marcha 30 min/día es la mejor y más sencilla fórmula para mantener la movilidad, se recomienda sea en un sitio seguro y apto para la marcha se debe dar instrucción de aumentar la velocidad de la marcha después de los primeros 4 meses de continuidad. Las personas que utilizan ayudas biomecánicas deben ser entrenadas por fisioterapeutas.
La prevención también incluye:
estiramiento,
ejercicios para mejorar el equilibrio
entrenamiento de resistencia esto para mantener los rangos articulares, fuerza muscular y control motor.
La prescripción más importante es el reentrenamiento o reforzamiento del patrón de marcha, enseñanza a familia y paciente y hacer énfasis en la actividad física para mantener la movilidad
Para el tratamiento es importante tomar en cuenta la estructura ósea, rangos de movilidad articular, fuerza muscular, déficit sensoriales control motor y estado cardiovascular. Claro está sin dejar de lado el apoyo de la familia y/o cuidador.
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