Caminar es una de la forma más fáciles de mantenerse activo físicamente. Se puede hacer en cualquier lugar, a cualquier hora; y no cuesta nada. Lo recomendable es planificar una rutina y repetirla de tres a cuatro veces por semana, aunque los más perezosos pueden optar por combinar el ejercicio con su actividad favorita y mover las piernas mientras eligen vestido en un centro comercial o recogen conchas por la playa.
Un paseo diario, a ritmo lento, que suponga el recorrido de un kilómetro de distancia en apenas 10 ó 12 minutos. Una actividad muy sencilla y accesible a la población en general, que puede ayudar a reducir el riesgo de padecer enfermedades como el cáncer o la diabetes.
El riesgo de padecer problemas cardiovasculares es el doble para las personas inactivas que para quienes realizan actividad física regularmente, si bien el abandono del ejercicio supone también la eliminación del efecto protector conseguido. Por ello es muy importante no perder el hábito del deporte, en especial el de caminar porque mejora el trabajo cardiovascular y respiratorio, aumenta el flujo coronario y desciende la frecuencia cardiaca.
Ventajas
- Ayudarle a mejorar su condición física
- Hacerle sentir bien
- Ayudarle a relajar
- Disminuirle el estrés
- Ayudarle a dormir mejor
- Fortalecerle los músculos
- Ayudarle a manejar su peso
- Aumentar el número de calorías que su cuerpo consume
- Disminuye entre un 35% y 52% las posibilidades de padecer hipertensión.
- Aumenta la tolerancia a la glucosa y mejora su utilización.
- Descienden los triglicéridos, causantes del colesterol, y aumenta el colesterol bueno.
- Incrementa el material óseo (previene la osteoporosis).
- Favorece el tránsito intestinal y elimina la exposición a agentes cancerígenos en esta zona.
- Reduce las pérdidas funcionales asociadas al envejecimiento.
Tipos
Existen diferentes tipos de caminata. En primer lugar está aquella que se considera de baja intensidad, es decir a un ritmo o paso lento. Esto equivale a llevar un ritmo de 18-30 minutos por kilómetro. Esta es la forma de caminata que se recomienda para empezar, en especial a las personas que están en sobrepeso, a los ancianos y para lFuente os que están sometidos al programa de rehabilitación cardiaca.
La caminata de intensidad moderada, su ritmo es mas rápido va de 14-17 minutos por kilómetros. La mayoría de las personas que practican la caminata caen dentro de esta categoría.
El tipo que le sigue se le considera de alta intensidad. Su ritmo o paso es mucho más rápido que el anterior Este es un concepto prácticamente nuevo para la mayoría de los que practican el arte del caminar. Es el equivalente a un trote lento.
Por último está la caminata considerada de muy alta intensidad. Su ritmo o paso es rapidísimo, se considera como un deporte competitivo no como parte de un ejercicio diario.
Aspectos psicológicos
Teniendo en cuenta que cualquier tipo de ejercicio ayuda al organismo a liberar endorfinas, que actúan como ansiolíticos y euforizantes naturales, la actividad más completa para ayudar a una mejor salud mental puede ser la natación, ya que durante su desarrollo la persona moviliza un buen número de músculos y la sensación de flotar en el agua ayuda a conseguir una mayor relajación.
En este sentido, pasear con cierta intensidad y frecuencia puede suponer unos resultados similares muy beneficiosos, incluso para quien no presente síntomas de depresión. En total, la sensación de bienestar proporcionada por un paseo se prolonga entre unas tres y cinco horas después de finalizada la actividad. Unas consecuencias que influyen en el estado de ánimo, tornándolo positivo, así como el mejorar la depresión y la reducción de la ansiedad, lo que se traduce en un mayor rendimiento intelectual y laboral.
Recomendaciones
Como la mayoría de los deportes convencionales, el hábito de caminar requiere de cierta constancia y frecuencia para obtener unos resultados satisfactorios. Antes de empezar a caminar, haga los ejercicios de estiramiento. Acuérdese que no se debe saltar o rebotar cuando se estira. Haga movimientos lentos y estírese solamente hasta donde se sienta cómodo.
Lo más conveniente es adaptar su práctica a las características propias de cada persona y comenzar con un ritmo lento de baja intensidad, que permita la posibilidad de aumento progresivo. Paseos de 30-45 minutos, con una frecuencia mínima de tres a cinco días a la semana, y siguiendo un ritmo 'vivo' de marcha superior a la convencional pero según el cual la persona que camina puede mantener una conversación con su acompañante sin notar falta de oxígeno
Fuente guia.com.ve