Buen calzado
Antes de aventurarte a caminar, elige un buen calzado. Procura que te quede bien; de esta forma, evitarás ampollas. Cambiarlos cada 800 km, así estarás respetando la vida útil de tu calzado y te asegurarás de que te estará protegiendo del impacto. De esta forma, tus pies tendrán un buen soporte y tú adoptarás un andar natural.
Comienza de a poco
No te sobreexigas desde el comienzo. A tu cuerpo le llevará un tiempo adaptarse a esta actividad física: respétalo. Empieza caminando distancias cortas y luego ve aumentándolas en un 10 o 20%, semana a semana. Así, te estarás ahorrando dolores en tus músculos y articulaciones.
Escucha a tu cuerpo
Cuando estés caminando, se consciente de cómo se siente tu cuerpo en cada momento. Ante la menor molestia o dolor, suspende la actividad física. Si este persiste, no dudes en consultar a tu médico. Mientras tanto: no muevas la zona lastimada, manténla en alto; colócate hielo por 20 minutos, varias veces al día. De esta manera, reducirás la inflamación y atenuarás el dolor.
Disfruta de este ejercicio, pero hazlo con cuidado. Es un modo fácil y agradable de mantenernos en forma, ¡buena suerte!
Via vivirsalud.imujer.com
