Caminar una técnica para mejorar la memoria
Para llegar a estas conclusiones los investigadores le pidieron a los estudiantes que estudiasen un total de 30 sustantivos. Antes de estudiar los sustantivos, algunos de ellos debieron realizar una caminata a paso rápido durante diez minutos diciéndole que adoptaran un paso rápido como si estuvieran retrasados para llegar a una reunión pero sin sentirse verdaderamente ansiosos por el tiempo. Otros estudiantes simplemente se quedaron sentados tranquilamente durante diez minutos antes de que se les llamara para la prueba.
Al finalizar el experimento se pudo apreciar que quienes habían emprendido la caminata a paso rápido mostraba un mayor aprovechamiento ya que recordaba 25% de palabras más en comparación con quienes se quedaron sentados.
Posteriormente el experimento se repitió pero en esta ocasión con una sutil diferencia: la caminata se realizaba después del periodo de estudio y antes de pedirle a los estudiantes que recordaran las palabras. En esta ocasión no se evidenciaron diferencias significativas entre quienes salieron a caminar y los que se quedaron sentados. Esto indica que la caminata rápida no potencia el recuerdo sino que actúa más bien como un factor que “prepara” al cerebro para el aprendizaje.
Vale aclarar que este no es el único estudio donde se intentan correlacionar el aprendizaje y la motricidad. Una de las investigaciones anteriores más curiosas es aquella donde se analizaron los beneficios de la goma de mascar para la memoria.
Pero… ¿por qué una caminata puede mejorar la memoria y potenciar el proceso de aprendizaje?
Cuando se le preguntaron a los participantes el nivel de activación, obviamente, quienes habían caminado refirieron niveles más elevados de activación arousal, en comparación con los que se habían mantenido sentados. Mientras que los niveles de tensión fueron idénticos en ambos grupos. Aunque los investigadores no brindan una explicación concluyente, hipotetizan que la mejoría se puede deber a los efectos fisiológicos del ejercicio que mejora la circulación sanguínea al cerebro y aumenta los niveles de norepinefrina, serotonina y endorfinas. Razón por la cual masticar chicle de forma rápida también propiciaría discretas mejorías en la memoria e incluso tendría un efecto desestresante.
Fuente: rinconpsicologia.com