Introducción al Nordic Walking o marcha nórdica

sábado, 7 de diciembre de 2013 · Posted in


Los orígenes del Nordic Walking se remontan a principios de la década de 1930, cuando el equipo finlandés de esquí nórdico empezó a utilizar la técnica propia de su disciplina también durante el verano, por lo que caminaban y corrían con bastones de esquí. Desde entonces, éste ha sido un método muy importante de entrenamiento en épocas de fuera de temporada para cualquier practicante tanto de esquí nórdico de competición como de otros deportes.

Las primeras investigaciones y tests sobre los efectos beneficiosos para la salud del Nordic Walking datan de 1996, también en Finlandia. Lo que hoy conocemos como marcha nórdica se inicia en ese mismo año, cuando la Suomen Latu (Asociación Central para Deportes Recreativos y Actividades al Aire Libre), el Instituto Finlandés de Deportes y el fabricante finlandés de bastones Exel deciden aunar esfuerzos para su desarrollo y promoción.

De hecho, Exel propuso un año más tarde, en 1997, el nombre de “Nordic Walking” para su uso internacional, traduciéndose en España como marcha nórdica. Al mismo tiempo, se desarrolla el primer palo de fibra de carbono para dicha práctica y se inicia la expansión por todo el mundo de esta nueva modalidad deportiva.

En el 2000 se constituye en Finlandia la INWA (Asociación Internacional de Nordic Walking), siendo sus primeros miembros Finlandia, Austria y Alemania. Actualmente existen 16 miembros oficiales y se están desarrollando actividades en 40 países.

El aprendizaje de la marcha nórdica es muy rápido, con una sensación muy baja de cansancio durante su práctica.

Beneficios para la salud

Algunos de los beneficios que aporta el Nordic Walking a nuestra salud son:

- Utiliza un gran número de grupos musculares (abdominales, brazos, pectorales, espalda y cuello) en un mismo movimiento en contraprestación al running o a la marcha convencional, que utilizan sólo el tren inferior.

- Mejora la capacidad cardiovascular y la oxigenación: la actividad cardiovascular equivale a la de una suave sesión de running, con un aumento medio de un 13% que puede llegar a ser hasta de un 40%. El consumo de oxígeno puede aumentar hasta un 60%, con un aumento mínimo del 20%.

- Aumento del consumo de energía hasta un 46% y un 20% de media en relación a la marcha clásica, según datos de Cooper Institute, Research Quarterly for Exercise and Sports 2002 publication.

- El consumo de calorías aumenta sustancialmente en una media del 20%, que puede llegar a ser de hasta el 40% en referencia a la marcha normal, situándose por encima de las 410 calorías/hora.

- Disminuye la presión sobre las articulaciones: tobillos, rodillas y cadera.

- Mejora la movilidad del cuello y la parte superior de la columna, a la vez que fortalece la espalda y los brazos.

- Contribuye a la prevención de la osteoporosis: las vibraciones que produce el bastón al apoyarse sobre el suelo genera una agitación óptima para el fortalecimiento de los huesos sin dañar las articulaciones.

Via runandwalk.net

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