Si su modo de vida se caracteriza por la carencia de actividad física regular, está claro: usted practica el sedentarismo. Pero no el prehistórico, no nos vayamos tan lejos. Que hoy en día lo de establecerse de forma definitiva en un lugar determinado es una utopía. Nos referimos al sedentarismo del siglo XXI. A esa epidemia que comienza a considerarse un auténtico problema para la salud y que afecta a todas aquellas personas en las que a diario el ejercicio brilla por su ausencia. Son, obviamente, los calificados como sedentarios.
«En este grupo se incluyen las personas que realizan menos de treinta minutos diarios de ejercicio regular y menos de tres días a la semana», indica Juan Francisco Ramirez Vos, licenciado en Educación Física. «La conducta sedentaria es propia de la manera de vivir, consumir y trabajar de la sociedad actual y no es simplemente el resultado de una forma de vivir, también puede ser por la falta de acceso a espacios abiertos seguros o instalaciones deportivas así como los escasos conocimientos sobre los beneficios de la actividad física en la salud».
Bien, pues para ayudar a salir de su cueva a los sedentarios empedernidos, Juan Francisco propone una actividad que se conoce al dedillo. No en vano posee el título de instructor de la misma. Se llama Marcha Nórdica (o Nordic Walking, NW) y nace para fomentar la salud en plena naturaleza y ofrece un montón de posibilidades para compensar de manera suave pero efectiva la falta de movimiento de la que adolece nuestra sociedad. Nos ponemos en sus manos. Pero antes, un poco de historia. De origen finlandés se dio a conocer a principios de 1930 cuando el equipo local de esquí nórdico empezó a entrenar con la técnica de este deporte incluso en verano, caminando y corriendo con bastones de esquí. Desde entonces, ha sido un método de entrenamiento que se realiza fuera de temporada tanto para esquiadores como para otros deportistas.
Brazos en movimiento
«Parte de la técnica básica de los movimientos de esquí de fondo clásico dónde se utiliza el movimiento diagonal del brazo y se añaden movimientos amplios de paso adecuado sin abandonar el patrón natural del movimiento», indica Ramirez Vos. «Nosotros hemos diseñado el Programa Sportwalking de actividad física basado en nuestra experiencia profesional y en evidencias científicas. En él se prioriza de forma saludable el incremento cardio-respiratorio-metabólico y se favorece el incremento de O2 (MET), lo que es un predictor de expectativa y calidad de vida. Tiene múltiples beneficios que van desde la mejora física general, el aumento de tono muscular o pérdida de peso, hasta la eliminación de las hormonas de estrés, el fortalecimiento del sistema inmunitario o la mejora postural».
Hay tres niveles de actividad (cada uno de 24 sesiones) a los que se puede acceder según la forma física. Entre las actividades que se ofrecen están las escuelas deportivas (programas de senderismo en grupo), rutas senderistas al aire libre, «Personal Walking» (programa de trabajo individual) y rutas senderistas urbanas. Que no sedentarias. Porque ante tal oferta, el que no se mueve, es porque no quiere. ¡En marcha! Nórdica, por supuesto. Su cuerpo, y su mente, se lo agradecerán.
Cuatro principios básicos
La marcha nórdica se basa en cuatro principios.
Adaptación. Cualquier persona lo puede hacer y lo único importante es mostrar el camino adecuado para sentirse mejor con su propio cuerpo. Por eso la intensidad y los objetivos de cada entrenamiento se adaptan a las necesidades de cada uno.
Diversión. Está claro, si te diviertes, haces deporte. En este programa te invitan a moverte en grupo, de forma no competitiva, al aire libre, en el campo o la ciudad, y en cualquier época del año.
Eficiencia. Es un entrenamiento armonioso y simétrico de todo el cuerpo en el que la alternancia de contracción y relajación de los músculos, aligera las tensiones.
Seguridad. El esfuerzo siempre está controlado por el instructor que supervisa los movimientos y aminora el ritmo cardiaco de riesgo. Enseña la postura y alineación del cuerpo correcta, para que el movimiento sea seguro y saludable.
Cuatro principios básicos
La marcha nórdica se basa en cuatro principios.
Adaptación. Cualquier persona lo puede hacer y lo único importante es mostrar el camino adecuado para sentirse mejor con su propio cuerpo. Por eso la intensidad y los objetivos de cada entrenamiento se adaptan a las necesidades de cada uno.
Diversión. Está claro, si te diviertes, haces deporte. En este programa te invitan a moverte en grupo, de forma no competitiva, al aire libre, en el campo o la ciudad, y en cualquier época del año.
Eficiencia. Es un entrenamiento armonioso y simétrico de todo el cuerpo en el que la alternancia de contracción y relajación de los músculos , aligera las tensiones.
Seguridad. El esfuerzo siempre está controlado por el instructor que supervisa los movimientos y aminora el ritmo cardiaco de riesgo. Enseña la postura y alineación del cuerpo correcta, para que el movimiento sea seguro y saludable.
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