Si pensáis como yo, y os gusta practicar senderismo durante los meses de buen tiempo, seguro que no queréis parar cuando llega el invierno. Y realmente, no es necesario. Se pueden hacer muchas rutas también durante la estación fría. Tan solo hay que tener en cuenta algunos consejos que nos ayudarán a disfrutar más y mejor de esta estupenda actividad.
El equipo de invierno del senderista
Para hacer senderismo en invierno hay que tener en cuenta algunos aspectos que, en otras épocas del año tienen menos importancia. Una de ellas es el equipo, empezando por las botas. En invierno debéis procuraros unas botas adecuadas, que sean impermeables y no dejen pasar el agua y la humedad a los pies. Tened en cuenta que muchas veces habrá que caminar bajo la lluvia.
La mochila también ha de ser impermeable, para que no se moje lo que llevemos dentro.
En cuanto a la ropa, es conveniente llevar gorro y guantes para el frío, y ropa adecuada para la lluvia. Poneos varias capas, mejor que una sola prenda muy gruesa. Y no os olvidéis de llevar unos calcetines de repuesto, os serán muy útiles si se os mojan los pies.
Precauciones a tomar
Aunque estas medidas de seguridad son necesarias siempre que se salga a andar por el campo, en invierno son aún más importantes, ya que las condiciones climatológicas adversas pueden dificultar el paseo. Es importante llevar una brújula (claro que hay que saber usarla), y un mapa o un plano de la zona para evitar perdernos. En invierno nos puede sorprender la niebla o la lluvia y hacer que nos desorientemos.
También hemos de llevar el teléfono móvil con la batería a tope. Y, por supuesto, agua suficiente para la ruta, así como algo para comer. Debemos llevar nuestra documentación encima (valdrá con una fotocopia del DNI plastificada) y conviene contarle a alguna persona cercana dónde vamos y cuántos días pensamos estar fuera de casa.
Via diariorural.com
