Saber andar. La forma correcta.
Algo tan cotidiano como andar puede revelar muchos detalles sobre nuestra personalidad.
Andar de forma armoniosa y correcta.
Todos los días, a todas las horas, en casa, en la calle ... nos movemos. ¿Cómo nos movemos? Andando. Es algo tan cotidiano que apenas nos damos cuenta de cómo caminamos. Pero, andar bien tiene su importancia, tanto para uno mismo como para con los demás. Un andar desgarbado, puede dar la impresión de apatía, dejadez ... un andar apresurado puede significar ansiedad, nerviosismo ...
Es muy conocido como las futuras aspirantes a modelos, caminan con un libro sobre su cabeza para aprender a mantener una postura recta y erguida al caminar. Lo mismo ocurre en algunas tribus africanas, donde las mujeres cargan todos sus bultos sobre la cabeza. Aprenden a andar con gracia y soltura desde jóvenes, y luego mantienen esa armonía al caminar.
Si desde pequeños enseñamos a andar correctamente a nuestros hijos, con el tiempo adquirirán esa naturalidad y esa soltura de la gente que sabe caminar bien, con gracia, con garbo, una forma de andar airosa y armoniosa.
Andar de forma correcta solo requiere conocer algunos puntos fundamentales que a continuación enumeramos:
1. La cabeza erguida. Sin altivez, pero la cabeza debe ir siempre bien erguida. Ni mirando muy arriba, que daría la impresión de mirar por encima del hombro a los demás, ni cabizbajo, personas tímidas o retraídas que van mirando al suelo.
2. Los hombros rectos. No transmite mucha armonía ese cuerpo con los hombros echados hacia adelante, que parece la torre de Pisa, por su inclinación. Ni tampoco los hombros deben llevarse echados hacia atrás, lo que se conoce como "ir sacando pecho". Los hombros deben ir rectos, con una cierta caída natural que armonice con el resto del cuerpo.
3. Los pies rectos y en paralelo. Esto puede ser un poco más difícil debido a la gran cantidad de patologías que hay en cuanto al tema de los pies (los pies planos, por poner un ejemplo). Los pies no deberían llevarse muy abiertos, en V, ni muy cerrados, V invertida -metidos hacia adentro-. La forma correcta son llevarlos rectos y en paralelo uno de otro y ligeramente separados, que no se choquen al andar.
4. Las rodillas. Hay que flexionar ligeramente las rodillas, al andar, para facilitar un movimiento más armonioso y más descansado para nuestro cuerpo. Una persona no es un robot que deba andar con las piernas rígidas como si tuviera dos palos en vez de dos piernas.
5. Los brazos. Deben llevar un compás o ritmo que acompañe al movimiento del cuerpo. Es bastante poco armonioso llevar los brazos caídos o, por el contrario, hacer demasiados ademanes con ellos, como si fuera un militar desfilando. Un movimiento ligero y acompasado es más que suficiente.
A todas estas recomendaciones podemos añadir que una persona que sabe andar camina de forma armoniosa, acorde al tamaño de su persona. Es decir, una persona bajita, dará pasos más pequeños que una persona muy alta, el cual dará pasos mucho más grandes. Un bajito andando a zancadas o una persona alta caminando a pasitos, sería un poco ridículo.
A la hora de caminar es muy importante recordar la regla o norma no escrita de caminar por nuestra derecha. Es muy importante, y en muchas de nuestras ciudades parece que a la gente no se le ha enseñado, o no lo pone en práctica.
Via protocolo.org