Cómo puedo ayudar a mi hijo de 14 meses a que ande

martes, 19 de febrero de 2013 · Posted in

Desgraciadamente, no puedes hacer gran cosa para que tu bebé ande antes de que esté preparado para hacerlo. Aunque estés cansada de llevarlo en brazos, es mejor no forzarlo a que camine porque el que pueda ponerse de pie, moverse sujetándose de los muebles y andar, depende tanto de su desarrollo muscular y de su coordinación como de la confianza de tu hijo en sí mismo y en lo motivado que se sienta para desplazarse. De hecho, si le presionas para que alcance esta etapa de desarrollo y él siente tu desaprobación o impaciencia, puedes producir el efecto contrario y hacer que vaya más despacio.

Recuerda también que hay una gran variedad de edades a las que los niños aprenden a caminar. Aunque la mayoría de los bebés se ponen de pie y se mueven entre los muebles antes de cumplir el año y muchos ya andan para cuando cumplen 12 meses, otros puede que no den su primer paso hasta muchos meses después de su primer cumpleaños.

Es más, después de que tu hijo comience a andar, pasará todavía un tiempo hasta que puedas dejar de llevarlo en brazos. Aunque los adultos piensan en andar como una forma de ir de un punto a otro, los niños pequeños ven su recién adquirida movilidad de forma diferente. Durante los primeros meses en los que un niño camina, su objetivo no es ir hacia algún lugar andando a tu lado.

 A tu hijo lo que le gusta es moverse de un lado a otro alrededor de un adulto especial, sin dirigirse hacia un lugar determinado. Notarás que tu niño anda más cuando tú estás sentada. De esta forma puede ir y venir a su voluntad, lo cual es mucho más difícil si tú te estás moviendo. De hecho, cuando tú te levantas y empiezas a moverte, verás que inmediatamente se sienta en el suelo y eleva sus brazos para que lo lleves. Andar contigo es algo que llega mucho después en el mapa mental de un niño pequeño.

Si todavía te quedan varios meses de llevarlo en brazos, tiene sentido pensar en otras formas de aligerar tu carga. Un cochecito o sillita de paseo ligera con una tira para llevarla al hombro, por ejemplo, es algo que merece la pena añadir al carrito de uso normal que ya tengas. Escoge una muy simple, sin cubierta para la lluvia, soporte para bebidas o cesta para llevar cosas y guárdala en tu coche o junto a la puerta de tu casa para utilizarla en cuanto la necesites. Para poder llevarlo en casa sin cansarte demasiado, puedes probar una mochila de cadera, que te permite llevar al niño de lado y mantenerlo apoyado en tu cadera para distribuir más el peso. Si vas a salir y no quieres llevarte el carrito, una mochila en la espalda tiene la ventaja de que el bebé va encaramado en su lugar favorito y a ti te deja libres los brazos. Si vas a comprar una mochila, busca el tipo que tiene armazón y se sostiene de pie sola, una opción que hace que sea mucho más fácil y seguro meter y sacar a tu bebé. Si ya tienes una mochila y no la usas mucho porque te resulta complicado ponértela y quitarla, practica un poco con tu compañero hasta que te sea más fácil.

Via   babycenter.es

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