Es aconsejable pasear en lugares alejados de la contaminación y lo menos accidentados posibles, para evitar posibles caídas, llevar un calzado adecuado y cómodo. Si no estás acostumbrada a caminar debes de empezar con cortos paseos a ritmo moderado, unas tres o cuatro veces a la semana, hasta alcanzar una hora diaria pero sin que aparezca el cansancio.
Además caminar en el embarazo supone otro tipo de ventajas, como mantener el peso debido al ejercicio físico, que hace que la futura mamá no coja kilos de más, previene la hinchazón de pies y el cansancio de piernas, debido a que ejerce un gran beneficio sobre la circulación sanguínea.
Fortalece los músculos de las piernas y debido al movimiento de la pelvis al andar, facilita el momento del parto y evita los calambres, además de favorecer la recuperación tras el parto y mejorar la oxigenación del organismo, encontrándose más llena de vitalidad y por tanto evitando la depresión post-parto.
De igual forma caminar reduce la aparición de estrías y varices y otros dolores como el dolor de espalda, ya que andar ayuda a fortalecer todos los músculos, mantiene le tono muscular y te ofrece mayor resistencia, flexibilidad y agilidad.
Las tensiones nerviosas y el estrés se verán reducidas, por lo tanto las contracturas musculares y los dolores de cabeza se verán disminuidos por la actividad física y te ayudarán a dormir mejor, teniendo un sueño más reparador.
Siempre que realices ejercicio debe de ser aprobado por tu médico y debe de aportarte bienestar y vitalidad física, pero tampoco te excedas en su práctica, pues podrías dar origen a complicaciones.
Via cosasdebebes.com
