Al hacer deporte, una de las partes de nuestro cuerpo que más sufre son las rodillas, porque soportan la tensión del movimiento del cuerpo, además de absorber gran parte de los impactos que comporta la mayoría de los deportes aeróbicos. Por ello, si no tomamos una serie de medidas para proteger nuestras rodillas cuando practicamos ejercicio, a la larga terminaremos sintiendo dolor, debido a la degeneración de la articulación.
Sin duda la mejor prevención es realizar ejercicios que fortalezcan los músculos de las piernas, especialmente los que rodean a la rodilla, De ese modo, serán ellos los que soportarán la tensión derivada del ejercicio y no las rodillas. Por ello deberemos hacer de forma habitual ejercicios como caminar, bicicleta estática, y otros similares que nos ayuden a muscular y fortalecer las piernas, tanto los muslos como las pantorrillas (cuádriceps, isquiotibiales y gemelos).
Antes de comenzar a hacer cualquier tipo de ejercicio, es aconsejable realizar ejercicios de calentamiento específicos para esta zona, así como estiramientos de los músculos de las piernas.
Cuando hagamos ejercicios de pie, es aconsejable flexionar ligeramente las piernas, de forma que la articulación de la rodilla no se bloquee. De ese modo, gran parte del impacto del ejercicio, especialmente si estamos haciendo pesas, no recaerá sobre las rodillas.
También deberemos aumentar progresivamente la intensidad del ejercicio cuando lo realizamos, sin realizar cambios bruscos, que tienen un gran impacto en nuestras rodillas.
Realizar el ejercicio en un firme adecuado, que absorba los impactos también es muy importante para evitar que las rodillas sufran al ser golpeadas. Para esto también es esencial llevar el calzado correcto para el deporte que estamos practicando.
Finalmente, mantener un peso adecuado es imprescindible para cuidar nuestras rodillas, ya que de ese modo evitaremos sobrecargarlas.
Fuente: saludpasion.
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