¿Por qué aparecen los callos? La causa principal de los callos son la fricción o presión que se genera de manera continua en ciertas partes de la piel, un ejemplo concreto, cuando se emplea un calzado incorrecto.
Los callos salen comúnmente en los pies, pero pueden crearse además callos en las manos, en los codos y cualquier otra parte donde se genera esa presión. Los callos en los pies se presentan por lo general a los lados del dedo pequeño o el mayor, en el borde de las plantas o bajo las plantas de los pies.
Jamás deben arrancarse los callos ni quitar los callos cortándolos, debido a que la zona quedará expuesta a una infección seria o quizás a una hemorragia considerable.
¿Quiénes deben tener sumo cuidado con los callos?
Las personas que sufren diabetes o tienen una circulación sanguínea deficiente deben tener especial cuidado de sus pies y controlar los callos en los pies, debido a que son más proclives a que debajo de ellos se formen infecciones que originen graves inconvenientes.
Por suerte existen algunos remedios naturales para los callos, te damos algunos consejos para el tratamiento de los callos y los remedios naturales.
Colocar gel de sábila (Aloe Vera) en la zona.
Limar el callo para disminuir su tamaño con la piedra pómez, con movimientos circulares cuidando de no lastimar la piel que está en la zona próxima al callo y evitar así algunas infecciones.
La aspirina es un remedio casero excelente, triturar 5 aspirinas y luego mezclar con una cucharada de zumo de limón, distribuir la pasta sobre el callo y cubrir con un plástico para que trabaje alrededor de 15 minutos y frotar con la piedra pómez.
Frotar aceite de ricino sobre los callos dos veces al día.
La hidroterapia es muy eficaz también, utilizarla en forma alternada, agua fría y agua caliente.
Es recomendable además tomar complementos de vitamina A y Vitamina E, local y oralmente.
Bañar los pies con sales de Epsom.
¿Que otros consejos son útiles para los callos?
Es aconsejable seguir los siguientes consejos en relación al tipo de calzado y su uso.
Nunca compartir el calzado con otra persona, ya que puede deformarse y afectar después a los pies.
El calzado debe estar fabricado con materiales suaves y flexibles que posibiliten que el pie transpire.
Evitar los zapatos de tacón muy alto.
Trate de no usar el mismo calzado todos los días, debe alternar con varios.
Fuente: saluddiaria.com
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