Ideas para protegerte del frío

miércoles, 14 de diciembre de 2011 · Posted in

En invierno suele hacer frío, sí, pero ¿y qué? No hay excusas para seguir saliendo a la montaña. Ahora hay nieve, hielo y nos tenemos que vestir y calzar de manera diferente. ¿Que sólo tienes unas sandalias de verano? pues pásate por la tienda de montaña más cercana, equípate con todo lo necesario y ¡marchando!, nosotros te damos unos consejos para que no se congelen tus excursiones en estos meses de frío.

Cuando llega el invierno te haces la siguiente pregunta: "¿y qué me pongo para salir a la montaña?" Hace mucho frío, viento, a lo mejor hasta está nevando, y sales al exterior embutido/a en un montón de ropa, pero comienzas a andar y a sudar y a pasar calor... y es cuando te dan ganas de realizar un striptease en pleno nevero... Lo malo es que después de haberte quitado la chaqueta pillas una pulmonía...

Pero, entonces ¿qué hacer? ¿no hay que ponerse tanta ropa? ¿hay que salir protegido sólo con una camiseta? Bueno, ni tanto ni tan calvo… La clave es ir vestido estilo cebolla, que no es una nueva moda, sino un sistema de capas... de ropa.

Está claro que el frío afecta al buen funcionamiento del organismo. El sistema de capas intenta que el frío no te afecte tanto atrapando aire caliente a tu alrededor ¿Cómo? El térmometro de nuestro cuerpo marca como media 37º C, en general hay un equilibrio entre el calor que el cuerpo produce y el que despide al estar en contacto con el exterior, pero si se pierde más calor del que se produce, la temperatura del cuerpo desciende,empiezas a notar la sensación de frío, y el organismo comienza a funcionar mal.

El calor corporal se mantiene por la actividad muscular (al realizar ejercicio físico) y por la digestión de los alimentos (el 75% de las calorías consumidas se transforman en calor). Y se pierde al sudar, al tomar bebidas frías, al descansar o bajar el ritmo de la actividad, entre otras causas, y más al estar sometidos a bajas temperaturas.

Si pierdes calor tu cuerpo sacrificará automáticamente función muscularpara regular la temperatura... Lo ideal es intentar conservar latemperatura interior, y una de las formas de conseguirlo es a través de un sistema de capas que atrapen el aire a tu alrededor. El aire es muy poco conductor, de manera que conserva el calor durante más tiempo. Para controlar tu termómetro según tengas frío o calor deberás añadir o eliminar capas.

1. La capa interna, la que está en contacto con el cuerpo. Es la primera barrera aislante, y puede ser una camiseta de algodón transpirable, o en tejidos técnicos transpirables, que mantengan la piel seca y/o se sequen rápidamente. Mejor que te quede ajustada y que te cubra bien los riñones, si es corta, con cualquier flexión se te quedarán los riñones al aire, y además de escaparse el calor conseguirás que te duela la espalda. Para las piernas, lo mismo: si hace mucho frío puedes ponerte unas mallas como capa interior y un pantalón impermeable y transpirable encima.

2. La capa o capas intermedias. Tienen como misión retener el aire que escapa de tu cuerpo. Puedes ponerte una o varias, según el frío que haga. Por ejemplo, si te estás moviendo puedes ponerte un forro polar encima de la camiseta interior, y si hace mucho frío pues una camiseta, una sudadera y un forro polar.

3. La capa exterior es la que está directamente expuesta a los elementos. Es la barrera que nos aísla de las inclemencias externas: viento, lluvia, nieve... y recibe todo el desgaste debido al roce. Fundamental que sea impermeable y transpirable, no como los chubasqueros de antes, que eran impermeables pero no transpirables.

Suelen ser de poliéster o fibras sintéticas muy resistentes que reciben un tratamiento para hacerlas impermeables. Mejor que no tenga costuras, o las menos posibles, sobre todo en zonas expuestas al roce como hombros, codos y espalda, y si no, que estas costuras estén termoselladas.

  2. No te quedes en blanco

Todo está blanco, pero lo veo muy negro... Pero, ¿aquí no estaba esa señalque indicaba el camino a seguir? Ha nevado y ha cambiado totalmente el paisaje. El manto blanco ha cubierto ese hito de piedras en el que confiabas para guiarte... Es algo común que te puede pasar en invierno: la nieve, el viento o la niebla pueden hacer que hasta el camino más familiar parezca que lo pisas por primera vez.

En invierno hay menos visibilidad, suele ser bastante difícil distinguir a distancia, y los caminos por donde caminas no tienen límites, es decir, que gracias a la nieve, por ejemplo, puedes caminar por encima de unos matorrales seguramente impracticables sin ella.

Otra referencia es seguir las huellas marcadas en la nieve, las tuyas si tienes que regresar por le mismo camino, o las de otros, pero también pueden borrarse si nieva o sopla el viento, así que no te puedes confiar.

- Si te mueves por nieve debes ser consciente de la dirección, observar continuamente el terreno, fijarte en puntos de referencia significativos, por ejemplo, en un árbol alto solitario, en un grupo de rocas, y no en una pequeña piedra del camino que pueda ser cubierta por la nieve. Anota el rumbo entre ellos, en caso de que te despistes, te servirán como referencia para retomar el buen camino. Y lleva siempre un mapa de la zona, y si puedes una brújula o un GPS.

- Los días son más cortos, por lo tanto tienes menos tiempo de marcha. ¡Cuidado con los cálculos! Planea llegar a tu destino aproximadamente dos horas antes de que anochezca. En diciembre puede ser alrededor de las cuatro de la tarde. Ten en cuenta para hacer los cálculos que caminar sobre nieve requiere más esfuerzo en determinados tramos con nieve blanda, si hay hielo y tienes que ponerte los crampones, lo que también te obliga a caminar más despacio.

La meteorología también puede hacer de las suyas, y pueden surgir condiciones climatológicas adversas en pocas horas que alteran tu ritmo de marcha. En este caso no llegues con el tiempo justo, es mejor que te sobre tiempo que no que te falte.

  3. Eres un/a todoterreno

La técnica para caminar sobre nieve depende de si esta está blanda, dura o si es hielo. Si está blanda es como caminar sin nieve, eso sí, con un poco más de esfuerzo... sobre todo si está excesivamente blanda y ha nevado mucho, te puedes hundir hasta las rodillas; en ese caso tendrás que ponerte unas raquetas.

- Para ascender inclínate ligeramente hacia delante y si hay mucha pendiente da pasos cortos, apoyando toda la planta del pie en el suelo, en vez de ascender de puntillas, con lo que cargas más los gemelos y te cansas más... Si es muy pronunciada lo que puedes hacer es subir en zig-zag en vez de a pico.

- Para descender da también pasos cortos, e inclínate hacia atrás para no cargar mucho las rodillas, que tienden a sufrir bastante en las bajadas. Si la nieve está dura al ascender tienes que dar puntapiés con la punta de la bota y laterales para abrir una huella en la nieve donde luego apoyes el resto de la planta, y en el caso de las bajadas, hacer la huella con el talón. Si tienes suerte y alguien ha subido antes sólo tienes que pisar la huella anterior.

Si te encuentras con nieve muy dura o hielo tendrás que echar mano de los crampones. Para caminar con los crampones tienes que dar los pasos con las piernas separadas, para que las puntas no se enganchen en la ropa de la pierna contraria. Además te puedes cortar.

Pisa con fuerza para que todas las puntas se claven en la superficie. Si hay mucha inclinación, tienes que hacer lo mismo que al ascender sin crampones en una pendiente fuerte: dar una patada en la nieve con las puntas frontales del crampón, con un solo golpe firme y el talón ligeramente bajo. Para descender primero tienes que clavar las puntas del talón y luego pisar con el resto de la planta.

  4. Algunos trucos

- Por si acaso no funciona alguna de las capas y te mojas, procura llevar ropa seca en la mochila y calcetines secos de repuesto. Es mejor quitarte la ropa mojada que ponerte más ropa encima.

- Por las extremidades (manos, pies, cabeza...) es por donde más se pierde el calor corporal. Son las primeras en enfriarse, porque el cuerpo, cuando pierde calor lo que hace como una reacción natural de ahorro calórico es llevar el calor de las extremidades hacia los centros vitales como el estómago, cerebro, corazón... Así que son las primeras que tienes que proteger del frío.

- Por la cabeza se pierde el 40% del calor, si no quieres perder también las ideas lleva gorro y protege también las orejas y el cuello. Si hay viento o ventisca te vendrá muy bien que tu chaqueta tenga una capucha antiventisca, con visera, y lloevar unas gafas de ventisca, que además de proporcionarte una mayor visibilidad, te cubren parte de la cara.

- En las manos, unos guantes. Ya se sabe que "gato con guantes no caza ratones", así que además de protegerte del frío tienen que permitirte mover los dedos con facilidad. Por eso, mejor que no sean muy rígidos, y que seajusten perfectamente a la mano, sin dejar holguras: al cerrar la mano que no te sobra guante en la punta de los dedos.

Y otro consejo, si te estás quitando y poniendo el guante continuamente su capacidad térmica se verá enormemente reducida. Tienes que acostumbrarte a manejarte con los guantes puestos.

  5. Con raquetas y sin bolas

Este genial y sencillo invento de invierno que utilizaban los tramperos para caminar sobre la nieve sin hundirse, también te va a servir a ti ahora. Las raquetas obviamente ya no son de madera ni con tiras de cuero, como las de antes, sino de materiales como aluminio o fibra y con fijaciones automáticas.

Cuanta más ancha es la superficie, mayor apoyo sobre la nieve, y para moverte con ellas sólo tienes que caminar normal, teniendo cuidado, sobre todo al principio, de no juntar mucho los pies para no pisar una raqueta con la otra y tropezar.

Al subir, no tengas miedo, las raquetas no resbalan hacia atrás, como unos esquís. El talón se mantiene libre, para que pueda pivotar y levantarse al subir o bajar, pero si la pendiente es muy fuerte, es mejor engancharlo (la fijación suele ser automática, como en los crampones) para mayor seguridad.

Si la nieve está dura, pisa con toda la raqueta sobre la superficie, doblando los tobillos para posar toda la base. Para descender lleva las rodillas flexionadas, el cuerpo ligeramente inclinado hacia detrás y para hacer contra peso los hombros tirando hacia la pendiente. Si te echas demasiado atrás perderás el equilibrio y te caerás.

No olvides que llevas el talón libre y que hay que procurar que al levantar el pie la raqueta no se dé la vuelta y pises con el pie en vez de con la raqueta. Te puedes lesionar el tobillo o romper la raqueta.

  6. Échate una mano con los bastones

Unos bastones te van a servir de gran ayuda, especialmente al caminar por nieve dura. Van a ser tus puntos de apoyo y equilibrio, y en ellos se reparte el peso del cuerpo en las bajadas para no sobrecargar las rodillas, que tienden a sufrir bastante en los descensos, los tobillos y la espalda. Hay bastones especiales para esquí de travesía o expedición en nieve, con puntas que clavan más, etc.

Fuente: pulevasalud.com

Leave a Reply

Con la tecnología de Blogger.