Cómo elegir una mochila para senderismo

sábado, 8 de octubre de 2011 · Posted in



Para hacer una correcta elección, lo mejor es dividir la mochila en partes diferenciadas, y comprobar que cada una de ellas se ajusta a las necesidades que requiera el usuario

A pesar de que la tendencia general es apostar por mochilas bien acolchadas, con muchas tiras y cintas, que en ocasiones ni se utilizan, los tres aspectos más importantes en las mochilas para senderistas son el cinturón, el bastidor y la talla, elementos directamente relacionados con la carga.

El cinturón

Es probablemente la parte más importante y al mismo tiempo ignorada del equipo. Sin embargo, es el cinturón el que se encarga de transmitir la mayor parte del peso de la carga a las piernas. Aspecto relevante para no sufrir dolores o lesiones en la columna.

Dicho cinturón debe abrazar perfectamente los laterales de la cintura, y una vez puesta la carga no debe permitir que la mochila se deslice hacia abajo por el peso. Lo mejor es comprobar esto en la tienda, y no el día que se utilice por primera vez en plena ruta.

Una manera de hacerlo es pidiendo a alguien que agarre la parte de atrás del cinturón y tire hacia abajo (no hacia atrás) con bastante fuerza, si aguanta habrá pasado la prueba. También se puede cargar la mochila, y comprobar que se puede pasar la mano entre los tirantes y el hombro, por lo que la carga estará completamente sobre el cinturón. La función de los tirantes es sobre todo evitar que la mochila se vaya hacia atrás, no que recaiga el peso total sobre los hombros.

El bastidor

Es el que se encarga de transmitir la carga al cinturón. Existen de diferentes materiales y diseños, pero la clave radica en su rigidez. Muchas mochilas no incluyen este bastidor interior para ahorrar peso, por lo que no son recomendables en absoluto.

La talla

Aunque en algunas tienda no lo especifiquen o ni siquiera ofrezcan diferentes tallas, muchos fabricantes incluyen distintos tamaños para sus modelos. Para saber la talla adecuada se debe medir la longitud entre la 7ª vértebra (base del cuello) y la cresta ilíaca (donde termina el hueso de la cadera).

Algunos modelos permiten sin embargo ajustar la longitud de las propias mochilas a nuestra espalda, sobre todo las mochilas de gran tamaño. Se debe encontrar el ajuste adecuado, con el cinturón bien colocado y bajando las hombreras hasta el lugar más idóneo.

Otros aspectos

Si se consigue aunar una buena utilización del cinturón, el bastidor y la talla, el resto de elementos quedarán en un segundo plano, sin embargo algunas rutas o travesías pueden ser lo suficientemente inhóspitas e impredecibles como para asegurarnos de comprobar también el resto de componentes de la mochila.

Las cintas. Hay de dos tipos, de comprensión y de ajuste. En el caso de las primeras son perfectas para cuando la mochila lleva poco peso, ya que permite comprimir la carga, evitando así que esta se mueva y acercándola a la espalda. Las cintas de ajuste por su parte, mejoran la transmisión de la carga hacia el cinturón.

El cuerpo. Las mochilas altas y estrechas llevan mejor la carga en vertical, y permiten más facilidad de movimientos en terrenos de escalada por ejemplo. En contra está su volumen que suele ser más limitado.

Las hombreras. Son las encargadas de estabilizar la carga y repartir el peso. Los factores determinantes son la anchura, el material y el diseño. Cuanto más anchura tengan menor será la presión sobre hombros y pecho, y por lo tanto existirá mayor comodidad. No se debe confundir el grosor con la anchura.

Via: parasaber.com

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