Caminar es un ejercicio físico muy beneficioso durante el embarazo, siempre que la gestación no presente complicaciones. Te explicamos cómo tienes que hacerlo para que sea efectivo y seguro.
Andar: bueno para la madre, bueno para el feto
Además de ser una forma excelente de relajar tensiones y dejar a un lado el estrés, caminando se tonifican la mayoría de los músculos y el sistema nervioso y se mejora la circulación sanguínea.
También, y aunque no está científicamente demostrado, se cree que este ejercicio favorece la circulación uteroplacentaria. Es decir, que cuando caminas tu bebé recibe mejor el oxígeno y el alimento que necesita.
¿Cómo tienes que caminar si estás embarazada?
Para que andar sea realmente efectivo, se debe caminar a paso ligero pero sin forzar el ritmo, durante unos 60 minutos.
Si no estás acostumbrada a hacer ejercicio, lo mejor es comenzar por 30 minutos y subir de forma gradual hasta una hora en las dos semanas siguientes.
Basta con salir a andar cuatro días a la semana, pero mejor aún si se hace todos los días.
En verano es preferible salir a caminar a primera hora de la mañana, y en invierno durante el mediodía o a primera hora de la tarde.
En cuanto al equipamiento, conviene llevar ropa holgada que preserve del frío y del calor.
El calzado ha de ser cómodo, con tacón bajo y ancho.
Para reducir el riesgo de tropiezos y caídas, conviene caminar por terrenos llanos y sin obstáculos.
En el caso de que sientas fatiga o taquicardia o si aparecen contracciones, debes suspender la actividad y consultar cuanto antes a tu ginecólogo.
Fuente serpadres.es
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