La etapa crucial para el desarrollo de nuestro cuerpo es la niñez. En ella se arma potencialmente nuestra estructura corporal, además de constituirse las primeras bases de nuestra personalidad. En la adolescencia, luego, se modelan hasta llegar a la adultez, para así definirnos a lo largo de nuestra vida.
Es por esto que la niñez tiene un rol crucial en nuestro crecimiento, y los padres deben estar atentos ante cualquier tipo de irregularidad que pueda presentarse en esta etapa de la vida de sus hijos.
Una irregularidad muy común es la concerniente a la postura de nuestras piernas y pies, las cuales muchas veces adoptan posiciones desviadas e inusuales, que lejos de tomarse como algo normal, deben atraer la atención de los padres.
Si vemos que nuestros hijos normalmente se sientan apoyados sobre sus tobillos cruzados en forma de X, o duermen boca a bajo con las piernas y pies apuntando hacia adentro, debemos ayudarlos a corregir esos malos hábitos, pues éstos son posibles factores causales de que de adultos tengan las piernas torcidas.
Es normal que cuando el ser humano comienza a caminar, e incluso en etapas posteriores en las que el hábito de caminar se va consolidando, presente irregularidades como piernas en forma de paréntesis, pies muy abiertos o pies muy cerrados, etc. Pero si estos hábitos se vuelven muy recurrentes, será necesario que se recurra a un fisioterapeuta para que los corrija.
Fuente: vivirsalud.com
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