Problemas en los pies

lunes, 21 de febrero de 2011 · Posted in

Os ofrecemos una lista de una serie de los problemas más frecuentes en los pies de senderistas y montañeros y cómo afrontarlos o evitarlos

Ampollas

Generalmente las ampollas se deben a:
Calcetines inadecuados o mal puestos (se deben evitar arrugas en calcetines y medias).
Uñas largas o mal cortadas (hay que asegurarse de que las uñas estén correctamente cortadas antes de salir).

Calzado mal ajustado (llevar calzado cómodo y de talla adecuada).
Calzado sin "domar" (si se compra calzado nuevo estrenarlo antes de salir).
Costuras, terminaciones interiores o deformidades del calzado.

Pie de atleta

El pie de atleta o Tinea Pedis es la afectación por micosis (hongos) en los pies. Con una buena higiene, si no se intercambia la ropa con otros compañeros de viaje, y acudimos a las duchas calzados con nuestras chanclas, no deben aparecer hongos en los pies. Las personas que ya tengan pie de atleta deben aplicarse lociones o cremas antifúngicas, aunque a veces es suficiente con aplicar polvos antifúngicos (Ej: Fungusol) en el calzado y los calcetines, con un buen lavado y cambio frecuente de los mismos. Si la afección aparece por exceso de sudoración ó maceración, se aplicarán antes de los viajes lociones o fórmulas magistrales (mirar en farmacias) que eviten ese exceso.

Pie de trinchera
Es una lesión de los pies causada por el frío que se produce a temperaturas superiores a 0 grados, cuando al pie está mojado y frío durante días o semanas. No es necesario que el pie esté sumergido en agua, basta con que esté húmedo para que pueda aparecer esta lesión.
Las primeras molestias aparecen entre los 4 y 5 días, con hormigueo, pinchazos, dolor y enrojecimiento de la piel del pie. El dolor es muy fuerte e impide cargar el peso sobretodo al levantarse por la mañanas.

El tratamiento consiste en mantener caliente a la persona afectada, con los pies secos, calientes, y protegidos de roces.

Lesiones de las uñas de los pies

Las uñas de los pies no se deben cortar circularmente como las de las manos, sino rectas y dejando un borde libre amplio para evitar las uñas encarnadas, proceso muy doloroso que puede requerir tratamiento podológico. Si aparecen zonas inflamadas en los bordes de la uña, se debe extremar la higiene y aplicar antisépticos (Ej: Betadine), evitando dar otro corte en el lateral de la uña ya que lo único que se conseguiría sería que se clavase más. Si el dolor o la inflamación es tal que no nos deja andar e incluso molesta con el roce de la sábana o el saco, la única solución será intentar colocar un pequeñísimo trozo de algodón por debajo de la zona lateral de la uña encarnada separando la uña de la carne para que no se clave (sería como andar sobre algodones) y por otro lado protegerlo del roce y echar más antiséptico.

Cuando el calzado roza con la parte superior de la uña (pasa muchas veces con botas en subidas y bajadas, o por uñas demasiado largas) causa una fricción que a su vez hace que se forme una ampolla y se acumule sangre debajo de la uña la cual puede llegar a secarse (hematoma subungueal). Lo ideal en este caso sería actuar cuando todavía la sangre de la ampolla debajo no se ha secado y se puede evacuar. La forma de actuar sería la misma que con una ampolla normal, pinchando con sumo cuidado la ampolla por la zona de la punta del dedo y presionando la uña para evacuar el líquido sanguinolento, para después hacer una cura y proteger la zona. Si no se puede hacer por la zona de la punta del dedo (por estar cerca de la matriz de la uña) se tendrá que hacer con cuidado pinchando por encima de la uña con una aguja. Aun con todo esto puede ser que la uña se termine cayendo, lo que si esta claro es que poco se puede hacer si el hematoma subungueal está muy formado.

Heridas
Las heridas superficiales se tratan igual que las erosiones, con limpieza, desinfección y un apósito (gasas, tiritas,...).
Las heridas que afecten en profundidad se deben suturar, para lo que se requiere tratamiento médico. Pero mientras tanto, el peregrino la lavará, la desinfectará y la cubrirá con un apósito estéril, en el caso de que la herida sea pequeña.

Si la herida es profunda y sangra mucho, se tratará dependiendo de la gravedad de la hemorragia:

1. Hemorragia arterial: la sangre que se pierde es roja, clara, brillante y sale a borbotones. Disminuye al presionar por encima de la herida y al elevar el miembro.
2. Hemorragia venosa: la sangre es de color rojo oscuro y el derrame es continuo. Disminuye al presionar por debajo y al bajar el miembro.
3. Hemorragia mixta: disminuye sólo al presionar por encima y por debajo.

Esguinces
El esguince se produce como consecuencia de una torcedura en una articulación y afecta a los ligamentos que la sujetan y a la cápsula articular. Los síntomas básicos son: dolor, hinchazón e impotencia funcional, en mayor o menor grado, dependiendo de la gravedad del esguince.

Podemos distinguir tres grados de esguince según su gravedad: 1.) Esguince de grado 1, o leve: cuando el ligamento sufre un estiramiento pero no se rompe. Aparece dolor y edema en la zona lesionada. Se deben soltar los cordones y aplicar frío rápidamente 2.) Esguince de grado 2 : cuando existe rotura parcial de un ligamento. Hay dolor importante para caminar, edema, gran hinchazón y cojera importante. Se debe tener en reposo y aplicar frío lo antes posible, para luego evacuarle a un centro sanitario. 3.) Esguince de grado 3, o grave: Existe rotura de ligamento y en muchos casos también de la cápsula articular. Hay dolor importante, edema, equimosis (punteado hemorrágico), impotencia funcional, y bostezo articular. El tobillo se siente suelto, el peregrino no puede caminar y debe ser evacuado a un centro hospitalario.

En caso de esguince no debemos: Movilizar la articulación lesionada; cargar el peso sobre ella; aplicar calor, en ninguna de sus formas, o aplicar pomadas rubefaccientes; dar masaje.

En caso de esguince debemos hacer: Reposo de la articulación; aplicación inmediata de frío sobre la zona hinchada para disminuir el dolor y la inflamación; elevación de la zona afectada (tumbado boca arriba y elevando el miembro afectado; aplicación de un vendaje compresivo si se tiene el material a mano y se conoce la técnica de aplicación, sino es así, lo mejor es no quitar la bota hasta llegar a un centro sanitario.

Fuente senderisme.com

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