Caminar no es solo una necesidad humana, es también una acción que nos sirve de ejercicio físico y que podemos disfrutar si lo hacemos con una buena compañía.
Las características anatómicas de los primeros homínidos y las especies resultantes del largo proceso evolutivo, nos permitieron perfeccionar la postura bípeda y la habilidad para caminar, pero no todos sabemos hacerlo con elegancia.
Caminar con elegancia
En el caso de las mujeres la dificultad podría ser mayor si nos empeñamos en llevar tacones por aquello de que realzan la figura y nos hace más esbeltas. En esos casos es importante que aprendas a dominarlos en casa y aquí te van algunos ejercicios.
1- Traza una línea recta sobre el piso con una tiza. Camina sobre ella a pasos cortos, colocando, encima de la marca, primero el centro del pie y luego el tacón. Cuídate de no pisar a los costados.
2- Inicia siempre la marcha con la punta del pie hacia adelante, dejando todo el peso del cuerpo sobre la pierna apoyada. Cuando el centro del pie adelantado esté apoyado, desplaza entonces el peso del cuerpo hacia él, y solo entonces inicia el movimiento con el otro.
3- Practica el andar grácil que consiste en descargar el peso del cuerpo sobre el pie-talón y no sobre el talón como hacemos habitualmente.
4- Apoya la espalda del cuerpo a una pared, sintiendo además el contacto en la cabeza y los glúteos. Memoriza la postura y emprende la marcha tratando de conservarla el mayor tiempo posible.
5- Erguida, y sin apoyo, haz que alguien coloque un pesado libro sobre tu cabeza. Cuando hayas conseguido equilibrarlo, camina evitando su estrepitosa caída. Al principio será difícil, pero poco a poco conseguirás caminar toda la casa. Intenta memorizar esa postura y consérvala cuando camines por la calle.
Fuente diariofemenino.com
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