Caminar un poco cada día mejora la salud y la calidad de vida

miércoles, 20 de noviembre de 2013 · Posted in

En forma regular, disminuye la ansiedad, el estrés, la depresión y el insomnio. También reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Caminar no cuesta nada, es agradable y no demanda tanto esfuerzo, como decidirse a ir a un gimnasio. Y hacerlo varias veces por semana tiene múltiples ventajas, como mejorar la salud general y del corazón, y disminuir la obesidad, la depresión y la ansiedad.

Está comprobado que la actividad física regular fortalece el sistema inmunológico y previene o retrasa la aparición de las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la diabetes, la obesidad y la osteoporosis.

“La caminata regular disminuye el riesgo de padecer cardiopatías y accidentes cerebrovasculares porque produce una adaptación física, muscular y vascular que coloca a la persona en un mejor estado físico general”, explica Miguel Tibaldi, jefe del Servicio de Técnicas no Invasivas y Arritmia del Instituto Modelo de Cardiología.

“También aumenta el nivel de colesterol bueno (HDL) en el organismo y mejora la capacidad funcional respiratoria”, indica el experto.

Y, a su vez, para quienes ya padecieron una patología coronaria, las caminatas regulares disminuyen las complicaciones y el riesgo de aparición de nuevos eventos cardiovasculares, y generan una readaptación más rápida del sistema cardiovascular, explica Tibaldi.

Antídoto contra la ansiedad. La caminata también tiene efectos beneficiosos para disminuir la ansiedad y sus síntomas.

“A nivel del pensamiento provoca un fortalecimiento de la autoestima, la autoconfianza, el autocontrol y el funcionamiento mental”, indica Germán Rodríguez Banegas, médico del Sanatorio Morra y encargado de Fobia Club Córdoba.

“Dentro del grupo de agorafobia –agrega–, se promueve como un medio de disminuir la ansiedad y como forma de desensibilización gradual de ciertas fobias relacionadas con enfermedades cardíacas y ataques de pánico”.

Es que, según explica, la actividad física aumenta la producción de neurotransmisores cerebrales que colaboran para mejorar el ánimo, tiene un efecto estimulante y agudiza las funciones intelectuales. A su vez, disminuye la ansiedad y mejora la calidad del sueño.

Ideal para los mayores. “En un país cuya población envejece en forma acelerada, la mejor intervención preventiva en salud mental para los próximos 30 años es hacer actividades aeróbicas, como caminar, nadar, andar en bicicleta o bailar”, advierte Fernando Taragano, responsable de Geronto-
psiquiatría de la Asociación de Psiquiatras Argentinos y presidente del 17º Congreso Internacional de Psiquiatría.

Si la población sigue creciendo al ritmo actual, para 2040 tendremos más de tres millones de personas de 65 años o más, con ansiedad, depresión, insomnio y demencia vascular.

“Nuestra misión es prevenir, lograr que la gente no sólo viva más, sino también que viva mejor. Si pudiéramos convencer al 30 por ciento de caminar a paso rápido durante treinta minutos, cinco veces por semana, podríamos atenuar o evitar más de un millón de casos”, explicó Taragano, quien también es investigador del Instituto Universitario Cemic de Buenos Aires.

No al sedentarismo. “Hacer actividad física trae innumerables beneficios en cualquier momento de la vida. Pero, a cierta edad, la intervención aeróbica es un tratamiento médico”, apunta Taragano.

“Después de los 50 años se transforma en una intervención médica, porque devuelve oxigenación, brinda función al endotelio vascular y revierte muchos procesos de patología médica”, explica el médico.

El sedentarismo va en contra de la naturaleza porque los genes en el ser humano están diseñados para la caminata. “Si bien Internet y el automóvil son maravillosos, traen como contrapartida el sedentarismo. Y tener fácil acceso al alimento también es fantástico, pero tiene como efecto adverso de que mucho de lo ya elaborado tiene una combinación perjudicial de grasas, azúcar y sal”, señala.

Pero a pesar de las evidentes ventajas de moverse, Taragano admite que todavía los psiquiatras no saben cómo utilizar la actividad aeróbica. “Además, muchos pacientes se resisten a hacerlo y nos dicen que no y que les demos una pastilla”, dice.


Via lavoz.com.ar

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